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El MAD de Antequera reabre mañana sus puertas con la exposición ‘18 x 2. Coleccionismo institucional en Málaga’ que reúne obras de las colecciones de la Diputación de Málaga y Fundación Unicaja

Diputación de Málaga

El MAD de Antequera reabre mañana sus puertas con la exposición ‘18 x 2. Coleccionismo institucional en Málaga’ que reúne obras de las colecciones de la Diputación de Málaga y Fundación Unicaja

La muestra, inaugurada el pasado 6 de marzo, se podrá visitar hasta el 30 de septiembre

También reabre la colección permanente del museo ‘Huellas del presente, rastros del futuro’, compuesta por una treintena de obras que forman parte del patrimonio artístico de la Diputación de Málaga

El Museo de Arte de la Diputación (MAD) de Antequera reabre sus puertas mañana sábado. Lo hace con la exposición ‘18 x 2. Coleccionismo institucional en Málaga’, que reúne obras de las colecciones de la Diputación de Málaga y Fundación Unicaja. La muestra, que fue inaugurada el pasado 6 de marzo, se podrá visitar hasta el 30 de septiembre, de martes a domingo, en horario de 10.00 a 14.00 y de 18.00 a 20.30 horas (19.00 a 21.30 horas a partir del 23 de junio).

La Diputación de Málaga y Fundación Unicaja aúnan en este proyecto expositivo su compromiso con la cultura y con las artes plásticas, mostrando colectivamente una selección muy cuidada de sus fondos. La muestra está conformada por 36 obras, de diversos estilos y formatos, que establecen un recorrido pausado por el trabajo de 18 autores contemporáneos cuyas obras están presentes en ambas instituciones, de manera que ese efecto espejo, pieza a pieza, permite mostrar el afán coleccionista y el compromiso sociocultural existente en las instituciones y repasar las líneas maestras que marcan la visión más contemporánea y actual de las dos colecciones artísticas institucionales más importantes de Málaga.

Un recorrido recurrente

Francisco Hernández abre la exposición con ‘Viejo sentado a la mesa. Bebedor’, un lienzo firmado en 1954, al que le acompaña otra obra, de formas orgánicas y aformales, descarnadas y angustiosa que pintó en 1969, ‘Sin título’, una pintura emparentada con la mejor tradición expresionista española.

Gabriel Alberca está presente en la muestra con obras que representan dos de las principales facetas estilísticas abordadas en su dilatada carrera artística: ‘Casas de El Perchel’, un paisaje de ambientación tradicional cercano al costumbrismo de calles típicas y rincones pintorescos, y ‘Representación formal de un pie invertido’, donde se conjugan llenos y vacíos en un elegante y sopesado juego de planos yuxtapuestos.

Dámaso Ruano está presente con ‘El bosque’ (1967), un convincente ejemplo de abstracción cargada de elegancia y líricas entonaciones, y ‘Sin título’, una verdadera escultopintura íntimamente relacionada con las maderas quemadas de Lucio Muñoz.

La muestra continúa con Enrique Brinkmann, actor imprescindible en la renovación sufrida por la pintura malagueña a lo largo de la segunda mitad del siglo pasado, y con dos importantes obras suyas: ‘Paisaje urbano I’ una obra singular dentro de una temática escasamente trabajada por Brinkmann como es el paisaje, e ‘Item. Perspectiva VIII’, una abstracción pictórica pura que destaca por la desnudez de sus espacios y la ausencia de elementos formales.

Pepe Bornoy está presente en este juego especular con obras que explicitan a la perfección dos de la etapas más significativas de su particular panoplia pictórica. La primera de ellas, bajo el título ‘Gestación’ (1969), es un puro alegato informal, gesticulante y expresivo. Por su parte, ‘Composición geométrica’ es una elaborada articulación abstracta y geométrica que ejemplifica a la perfección la vinculación de Bornoy con el op-art y la pintura de influencia cinética.

Dos piezas separadas por un arco temporal de 19 años son las escogidas para representar el trabajo de Titi Pedroche: ‘Botijo’, de 1987, y ‘Ceremonia’, de 2006.

El espectador continúa la exposición a través del pintor axárquico Evaristo Guerra. Maestro reconocido en los límites imprecisos del denominado arte ‘naíf’, su pintura, de marcada singularidad, tiene sello propio e inconfundible. Prueba de ellos son ‘Niño comiendo cañadú’ y su inconfundible estampa de paisajes campestres: ‘Pitas y piedras’.

Pepa Caballero está representada en esta exposición con dos piezas sugerentes y definitorias de su plástica. Por un lado ‘Sin Título’ (1972), una delicada pieza de gesto muy contenido, rigurosa y limpia, que traslada a un espacio anteriormente habitado y que la artista ha sabido sintetizar hasta dejarla en su estructura más primaria. Por otro, una pieza más reciente, ‘Línea amarilla con fondo negro’ (2002), que simplifica un espacio concreto hasta dejarlo en un mero eje cartesiano x, y, z.

La muestra regresa a la figuración con José Vertedor Rodríguez. Figuración, paisaje, riqueza cromática, sabia composición y bella perspectiva están presentes en ‘Teatro romano’ (2000) y ‘Perspectiva’ (2001).

Con Carlos Canal se accede a un registro totalmente diferente gracias a la acción del obturador y el diafragma de la cámara fotográfica y no a la de pinceles y espátulas. La producción de trabajos como ‘Tríptico III’ y ‘Morir para vivir’ son bellos ejemplos de su obra.

Fotografía y escultura representan la obra de Begoña Montalbán, artista polifacética que asume con naturalidad el uso de distintos soportes y técnicas, y que contribuye a la exposición con ‘Reflections in the mirror’, una fotografía sobre aluminio de grandes dimensiones; e ‘Interiores 11’, de potente significado y que habla sobre el paso del tiempo y la memoria, individual y colectiva.

De vuelta a las visiones vanguardistas del arte malagueño, el recorrido expositivo se centra en dos obras de Rafael González Alvarado, uno de los autores más destacados de la generación surgida a mediados de los 80. Ideó un mundo pictórico muy experimental, como se constata en la obra ‘Sin título’, un paisaje urbano cargado de melancolía y expresividad. En ‘Fuente’ se visualizan formas dúctiles, de gran carga figurativa y vinculada a las vanguardias que coexisten aderezadas con guiños abstractos.

Joaquín Ivars continúa el recorrido expositivo. Con fotografías, acetatos y diversos esmaltes sobre soporte de madera se construye ‘Todas las direcciones, nº 3’. Por otro lado, una pieza realizada con técnica mixta sobre papel registrada como ‘Sin título’ (1997).

La nómina de creadores sigue con la fotografía de Carmen Aguado, fielmente retratada por las dos obras que se exponen en esta muestra. Se trata de dos imágenes en color que hablan sobre la memoria: ‘El jardín de la Memoria’, de 1997, y ‘Memoria. Serie Calcinato’, del año 2000. Ambas reflexionan sobre lo ya vivido y experimentado, y lo fugaz del recuerdo.

La colección hace un alto ahora en Rosa Correia, una pintora autodidacta con un interesante universo creativo. ‘María’ es un retrato de una mujer de corte ‘cinematográfico’ que tiende a lo ficticio, donde utiliza el recurso del primer plano iluminado con un fondo oscuro. En su otra obra, ‘Cielo y sueño’, un óleo sobre tela, entabla un diálogo directo con los espacios, también cinematográficos, en un clima tendente más a lo psicológico que a lo pictórico y técnico.

Pablo Alonso Herráiz representa un nuevo capítulo dentro de 18 x 2 con dos piezas que apenas distan un año entre sí: ‘Sueño erótico’ (1995) y ‘Sin título’ (1994), trabajos que, al ser muy cercanos en su producción, sirven para intuir en el trabajo de este pintor algunos componentes que definen fielmente su trabajo, como el uso generoso y decidido de figuración específicamente abierta y, por otro, el gusto por lo cotidiano o lo habitual.

También forma parte del repaso por las colecciones de la Diputación y Fundación Unicaja la artista multidisciplinar Pilar Albarracín, que trata desde el arte el feminismo a través de piezas que entroncan con su ideario. En ‘T.C.A.’ se percibe un bello mantón de casi dos metros bordado en seda que resulta ser la imagen del conocido fusil de asalto AK-47, cuya silueta destaca en negro sobre un corazón rojo. En la fotografía ‘Verónica 2000’ se aprecia la irreal complicidad entre una mujer ataviada con traje de mantilla y flores en los cabellos que acaricia la faz de un toro de lidia, en alusión al paradigma entre el mundo femenino y el masculino.

Con Carlos Aires se cierra la muestra. El malagueño, artista polifacético y poliédrico, que trabaja esencialmente la fotografía, presenta ‘Y fueron felices’, un grupo de monjas de cómplices miradas de su Ronda natal, y ‘Sin título’ de la serie ‘Happily ever after’, que retrata a un enano bombero sobre un caballo de trapo.

Exposición permanente

El Museo MAD de Antequera exhibe además de forma permanente la exposición ‘Huellas del presente, rastros del futuro’, integrada por una treintena de obras que la Diputación de Málaga ha adquirido en los últimos 10 años para ampliar su patrimonio artístico, formado por obras de los siglos XIX, XX y XXI. 

La muestra reúne trabajos de los artistas Javier Calleja, Manuel León, Miguel Gómez Losada, Cristina Cañamero, Javier Garcerá, Joaquín Ivars, Rafael Agredano, Irene Andessner, José María Báez, Manuel Barbadillo, José Manuel Cabra de Luna, Segundo Castro Olmo, Eugenia Esteban, Joaquín Gallego, Alberto García Alix, Noelia García, Jorge Lindell, Rogelio López Cuenca, Mónica López Torres, Cristina Lucas, Carlos Miranda, Ángeles Agrela, Elena Asins, Cristina Martín, Alberto García, Francisco J. Peinado Huertas, Eulalia Valldosera, y Erwin Olaf.