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Historia de Monda

Diputación de Málaga
Altar-Calvario. Ermita. Monda - 02

Historia de Monda

Uno de los momentos históricos más importantes de Monda tuvo lugar el 17 de marzo del año 45 antes de Cristo, ya que es en su término municipal donde se ubica la famosa batalla de "munda", en la que Julio César venció a los hermanos Cneo y Sexto Pompeyo, batalla en la que no sólo se jugaron la vida sino también la hegemonía de Roma, Imperio del mundo conocido.

Más tarde, a finales del siglo noveno, con la sublevación de Omar Ben Hafsun desde Bobastro, se reconstruyó el castillo de "El Mundat", un castillo desde el que se domina esta villa que perteneció al Califato de Córdoba; y es que esta construcción defensiva fue arrasada por el caudillo Said Ibn Al-Mundir en el 308 de la hégira. Hacia el siglo undécimo, el castillo fue de nuevo reconstruido por los hammudies y en el siglo trece Monda ya era una plaza importante de la que salen alcaldes y guerreros.

Entre la primavera y principios del verano de 1485, es la fecha en la que se sitúa la entrega de Monda al capitán de los Reyes Católicos, Don Hurtado de Luna, quien, a partir de entonces, ostentará el título de alcaide de Monda. En esa época, Monda pertenecía a la jurisdicción de Málaga para que fuera beneficiaria del Fuero de Sevilla, quedándose a vivir en la villa los musulmanes que la habitaban en calidad de mudéjares. Y así hasta que, tras la rebelión de 1501 en la Serranía de Ronda, se les obligó a convertirse al cristianismo y en 1570 se procedió a su expulsión definitiva.

Durante la Guerra de la Independencia en 1811, Monda jugó un papel importante en la estrategia del general español Ballesteros frente a Soul, duque de Dalmacia, dirigiendo las guerrillas serranas.

Por todo ello, el Castillo de Monda se ha convertido en uno de los símbolos más importantes de la localidad. En la actualidad, está rehabilitado y convertido en un singular hotel desde el que se contempla una bella panorámica del pueblo y sus alrededores.

Este municipio fue declarado en 1971 como "paisaje pintoresco". Y es que muchos son sus atractivos. Sus blancas casas contrastan con el verde de las huertas, que se convierten en un inmenso jardín al abrigo del valle. Éstas las podemos conocer dando un paseo por La Alpujata, que nos revelará su riqueza paisajística. La arquitectura árabe se deja sentir en todo su trazado urbano, en las calles, en la blancura de sus casas y fuentes. Hay fuentes por todas partes como "La Jaula", "La fuente Morales" o "La Relumbrosa"; o su lavadero público, muestra del pasado. En nuestra visita encontraremos otros lugares de interés, como el puente "La Teja" levantado por los romanos sobre un pequeño arroyo; o los molinos árabes; o "El Calvario", edificación coronada por cruces de hierro forjado mandada construir Juan de Cózar, miembro de una influyente familia mondeña.

La economía local está basada en el turismo, la construcción y, por supuesto, la agricultura donde destacan los cultivos de olivos, almendros y cítricos; en la localidad también se explotan unas canteras de mármol famosas en toda la comarca.