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Historia de Almáchar

Diputación de Málaga
Fiesta Singular del Ajoblanco, Almáchar. Axarquía

Historia de Almáchar

Los primeros asentamientos de población tuvieron lugar junto al río y fueron subiendo ladera arriba utilizando, muchas veces, la casa delantera como soporte. Las construcciones son bajas, de una o dos plantas a lo sumo, de mampostería, cubierta de tejas y con patio interior.

En el laberinto de sus callejuelas destaca la calle Los Mártires, que rodea la iglesia y que, para salvar el desnivel, se construyó sobre la misma calle, descansando sobre una bóveda de cañón que une la iglesia con la casa frente a ésta. También son rincones típicos y tradicionales los Jardines de El Forte, Barrio de las Cabras o la plaza del Santo Cristo, donde está situado el Museo de la Pasa.

El nombre de Almáchar es de origen árabe, "Al Maysar" cuyo significado es "Los Prados" o "Tierra de Prados". Formaba parte de las llamadas "Cuatro Villas" junto a Cútar, El Borge y Moclinejo, que vivían a la sombra protectora de Comares y que, tras la conquista de la región en 1487, continuó dependiendo de dicha villa.

Los primeros datos históricos se remontan al siglo dieciséis en el que varias familias dedicadas al pastoreo la ocuparon tras el abandono de sus tierras por los moriscos molestos por la cesión que se hizo de sus dominios en los que se cultivaba una uva pasa de gran calidad. Aún en 1611, Almáchar figura en las Ordenanzas de Málaga como Macharalyate. Posteriormente, en la cima de alguna loma se colocó una cruz de gran tamaño que hizo que el pueblo en muchos escritos apareciera con el nombre de Almáchar de la Cruz, símbolo que queda reflejado en el escudo del municipio.

En mayo de 1754 sufrió las consecuencias de una serie de movimientos sísmicos que obligó a la población a salir de sus casas y refugiarse en cortijadas y en el campo. El final de los mismos los lugareños lo achacan al Santo Cristo de la Banda Verde, por lo que le ofrecen una fiesta cada primer domingo de mayo.

La buena calidad de sus lienzos y telares manufacturados a finales del siglo diecinueve eran conocidos dentro y fuera de la región. En esa época se llegaron a contar más de cien talleres de telares. Una de las épocas más tristes en Almáchar fue durante los años de la Guerra Civil, en la que los mayores recuerdan los enfrentamientos entre familias y amigos ubicados en diferentes bandos.

Desde hace siglos, la vida de Almáchar gira en torno a la pasa, cuya presencia es imposible desvincular de este pueblo. Ya desde lejos, las extensiones cubiertas de uvas secándose al sol, los paseros, configuran un auténtico paisaje. Este proceso de secado se ha mantenido, sin renovaciones notables, durante siglos. Y es que, ya desde 1556, sus tierras eran, tras las de El Borge, la de mayor y mejor producción de este derivado de la uva moscatel. Todo ello sin olvidar que es la cuna del plato más típico de la Axarquía: el ajoblanco.