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Historia de Benadalid

Diputación de Málaga
Castillo, Benadalid

Historia de Benadalid

Las noticias que se tienen de los primeros pobladores de Benadalid se remontan a testimonios literarios de la época romana que nos hablan de un poblamiento céltico por la serranía. Esta población sería la que encontraron los romanos a su llegada, tras la derrota de la Segunda Guerra Púnica. La romanización fue rápida y profunda, por los beneficios económicos que suponía pertenecer al Imperio. Ellos fueron los que construyeron el Castillo, actualmente utilizado como cementerio, siendo uno de los más originales de Andalucía.

Sin embargo, y a pesar del sistema defensivo elaborado con el Castillo y Atalayas, no pudieron resistir el ataque árabe que, alrededor del siglo octavo, se hace con el término, quienes son dueños de estas tierras hasta la conquista de la Serranía de Ronda por los Reyes Católicos los cuales entregaron, en señorío, al Conde de Feria los términos de Benadalid y de Benalauría en 1494.

De todos modos la población musulmana convivió con los cristianos hasta la expulsión de los moriscos. Los cristianos viejos que quedaron en la zona eran escasos, por lo que el pueblo quedó prácticamente vacío. Desde entonces la evolución del pueblo es paralela a la del resto de las localidades vecinas y la historia de España. Fue escenario de las acciones de los bandoleros y sufrió las consecuencias de la Guerra de la Independencia a principios del siglo diecinueve.

Su castillo, como decíamos, de origen romano, precede en el tiempo a los vestigios de un poblado árabe situado en Benamaya, a la bonita fuente del siglo diecisiete y a los restos de un vía crucis monumental, que probablemente sea en antecedente de un hábito muy arraigado en el pueblo: colocar cerámicas en las fachadas con motivos de santos y vírgenes, preferentemente el Sagrado Corazón de Jesús.

El núcleo urbano gira en torno a la iglesia de San Isidro y al Ayuntamiento, formando ambos parte de la plaza de Beni al Jali. La arquitectura típica se mantiene y las casas antiguas son rehabilitadas estando prácticamente descartado el derribo. Y en las calles se está recuperando el pavimento antiguo.

Los terrenos forestales cubren más de la mitad de su término municipal; y va aumentando en la medida de que el olivar existente se está sustituyendo por castaños. El aprovechamiento ganadero es escaso. Sin embargo, sí destacan las plantas aromáticas y el zumaque. Es un pueblo donde hay gran abundancia de manantiales, lo que ha generado una cierta cultura del agua. Como detalle baste señalar que a los regantes de Benalauría le ceden agua, del nacimiento de la Fuensanta, durante la época estival, y esta costumbre es hoy en día casi una obligación, lo que ha generado conflictos a lo largo de generaciones. Sirva como ejemplo que en 1860 tuvieron que nombrar un "alcalde del agua" con el fin de que vigilase un reparto justo y equilibrado.