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Historia de Villanueva de Tapia

Diputación de Málaga
Mosaico. Villanueva de Tapia

Historia de Villanueva de Tapia

Tras la conquista cristiana, las tierras que hoy forman el municipio de Villanueva de Tapia fueron objeto de pleitos entre Iznájar (Córdoba) y Archidona, ya que ambos pretendían que estas tierras quedaran incluidas en sus respectivos dominios. De aquí le ha venido a este municipio el sobrenombre de "El Entredicho" con el que también se le conoce. De hecho así se nombra a este lugar en documentos del siglo dieciséis que se encuentran en el Archivo Municipal de Iznájar.

Para zanjar la disputa, a comienzos del siglo diecisiete, los consejeros de la Real Hacienda, decidieron que el polémico término de "El Entredicho" pasase a formar parte del Patrimonio Real, lo que ocurrió el 20 de junio de 1602. Pero más adelante, Felipe Tercero, considerando que las nuevas tierras de la Corona no eran demasiado rentables para su patrimonio, decidió venderlas a un miembro del Supremo Consejo de Castilla, llamado Pedro de Tapia. A partir de este momento comienza a formarse el núcleo urbano, bajo el mecenazgo de los Condes de Tapia, con el nombre que hoy se le conoce. No obstante, algunos denominan al pueblo Villanueva del Rosal ya que, a finales del dieciocho, un descendiente de Don Pedro consideró que el pueblo estaba asociado al apellido de su propietario y, por algún tiempo, impuso el suyo propio: Del Rosal.

Y es que Villanueva de Tapia siempre ha estado acechada por sus vecinos de Granada y Córdoba, provincias fronterizas con las poco más de 2.100 hectáreas que tiene el término municipal. Esta posición, como hemos visto, les ha procurado conflicto que han ido resolviendo hasta confirmar su autonomía con la propiedad de sus tierras dedicadas básicamente al olivar. Esta se produjo a finales del siglo dieciocho, aunque el término no fue redondeado hasta la última los años sesenta del siglo pasado al "arrebatársele" 426 hectáreas de la Sierra de Algaidas a Villanueva de Algaidas.

Recorriendo el pueblo veremos las típicas casas de la zona norte de la Axarquía, blancas y con tejas viejas. El punto de encuentro es la Plaza de España, la única con la que cuenta la localidad.