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Plaza de la Constitución

Diputación de Málaga
Plaza de la Constitución 1. Málaga

Plaza de la Constitución

CP 29005
Monumentos y arte > Edificación notable

La plaza Mayor o de las cuatro calles, como era llamada por los nazaríes, pasó a llamarse de la Constitución en 1812.

La Plaza de la Constitución ha sido el corazón del centro histórico de la ciudad desde los tiempos de los cristianos. Así, este espacio abierto ha sido desde finales del siglo XV hasta nuestros días el espacio público y político de la ciudad por excelencia, ya que puede decirse que todos los grandes acontecimientos políticos ocurridos en la España moderna y contemporánea han tenido lugar en este espacio abierto.

En ella estuvo la Casa Capitular o Ayuntamiento hasta 1869; también estuvieron otros edificios como la Casa del Corregidor, la cárcel, la Audiencia y el Colegio de los Jesuitas.

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Historia.

La transformación de Málaga como ciudad medieval e Islámica a otra moderna, castellana y cristiana se efectuó a partir de una adaptación del territorio a las necesidades de la nueva población, sujeta al fuero de Sevilla y dependiente por tanto de jurisdicción real y no de señorío. Inicialmente la ciudad se articuló en cuatro parroquias y urbanísticamente se introdujeron modelos espaciales distintos a los que habían sido característicos hasta entonces.

Frente al organicismo del urbanismo musulmán y su privacidad resultante se plantearon intervenciones que pretendían reconvertir determinados ámbitos urbanos a esa nueva realidad socio económica, política e ideológica a través de la linealidad y una renovación edificatoria reveladora de la nueva situación.

Paulatinamente las construcciones se fueron haciendo mas expresivas al exterior mediante una nueva configuración de sus fachadas, en especial de aquellos ámbitos donde se concentraron las instituciones representativas, aunque en general el resto de la arquitectura de la ciudad mantuviese muchas de las pautas características de la tradicional configuración musulmana, adoptada en gran medida por los repobladores en un gran ejemplo de continuísmo formal propio del resto de ciudades españolas reconquistadas.

Una intervención destacada será la apertura de la calle Nueva, eje viario, de naturaleza eminentemente comercial que vincula el interior del casco con la marina y su puerto, facilitando el tránsito; pero el principal esfuerzo urbanístico fue la creación de la nueva centralidad político institucional, ajena ya a la Alcazaba y sus inmediaciones, localizada en la Plaza de las Cuatro Calles e instituida como Plaza Mayor, piedra angular de las ciudades europeas durante la Edad Moderna donde se manifiestan los poderes civiles y religiosos.

En espacios como éste, a las casas particulares las ordenanzas les fueron exigiendo cada vez mayor altura y cuidado para armonizarlas con los edificios públicos y se prohibió a las tiendas que ocupaban sus bajos exhibir al exterior sus productos.

La Plaza Mayor, hoy Plaza de la Constitución, adquiere su planta casi definitiva en la primera mitad del siglo XVI, como muestra el plano de 1571 conservado en el Archivo Municipal.

Hasta entonces, durante la edad media, apenas había constituido un ensanche resultante del encuentro de cuatro calles principales, de ahí su nombre durante mucho tiempo, y que ahora va a ampliar su perímetro tras un proceso de expropiaciones que servirán para regularizar ademas sus frentes mediante la alineación de fachadas, tratando de dotarla de soportales y construyendo en ella a lo largo del siglo XVI las sedes de las principales instituciones que regían la ciudad: Casas Consistoriales, Cárcel, Casa del Corregidor, Casas del Deán y del Cabildo Eclesiástico, Audiencia, Notarias y portales para Escribanías, así como Carnicerías públicas, sumándose mas adelante el convento de las Agustinas Descalzas, además de las referidas casas y tiendas particulares.

La picota, instalada tras la conquista en éste lugar, sería trasladada muy pronto a la ribera del mar, de modo que el solar de la plaza permanecerá libre para los usos cívicos que le son propios salvo por la instalación de la Fuente de Génova, interesante ejemplar tardorrenacentista remodelado en el siglo XVII.

Su localización próxima al ángulo nororiental evidencia la orientación simbólica de la plaza hacia la Calle Real, hoy Calle Granada, verdadero eje directriz de la trama urbana de la ciudad y hacia la calle de Los Mercaderes, hoy Calle Santa María, en dirección a la Catedral, cuyo ingreso principal se hacía en un principio a través de la portada de lo que hoy es el Sagrario.

A pesar de estas obras y de las diversas reedificaciones de algunas de sus construcciones mucho tiempo después, en 1794 Antonio Ponz la encontró poco correspondiente por su pequeñez a la grandeza de la ciudad.

El desarrollo a partir del siglo XVIII de nuevos espacios urbanos de prestigio como la Alameda, muchos mas amplios, atractivos y saneados, que anuncian que el rumbo que la nobleza ilustrada y mas tarde la burguesía emergente imprimirán a la ciudad, va a poner de manifiesto, por contra, lo anacrónico de la imagen y ubicación de la plaza, que irá perdiendo protagonismo a medida que se desplacen algunas de sus funciones cívicas y de representación: el traslado de la histórica fuente en 1807 es solo un primer síntoma, pero muy elocuente en el inicio del proceso de transformaciones que este espacio va a experimentar.

Fuente: Malagahistoria.com
 

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