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Ruta 16. Río Chíllar. Los Cahorros (Itinerarios fluviales)

Diputación de Málaga
Pinzón vulgar. Itinerarios por los paisajes fluviales de Málaga

Ruta 16. Río Chíllar. Los Cahorros (Itinerarios fluviales)

Rutas A pie Fluvial
Dificultad - Media
Acceso -

La cosmopolita y bella población de Nerja, situada en la Costa del Sol oriental, en plena comarca de La Axarquía, es el punto de referencia para iniciar el recorrido. Desde la travesía urbana (N-340), llamada avenida de Pescia, hemos de girar en la rotonda en dirección: “urbanización Almijara” y “barriada Los Poetas”, siguiendo por las calles Julio Romero, Avenida de la Constitución, Cisne y Mirto. En una explanada aledaña a este último vial hallaremos un amplio aparcamiento gratuito. Desde la curva de esta última calle nos desplazaremos caminando por un carril hasta pasar bajo la autovía. Poco tiempo después de avistar unas instalaciones de abastecimiento, accederemos a una cantera abandonada junto al cauce del Chillar. Aquí, realmente, es donde emprenderemos la ruta.

Duración - 3:00 horas
Longitud - 6600 Km
Rutas

Al llegar a la cantera del cerro de la Cruz de Pinto tomamos contacto con el exiguo hilo de agua del Chillar. Durante algo más de kilómetro y medio, el cauce es una amplia rambla entre laderas cubiertas de pinos, pero al llegar a la toma de una acequia penetramos en la zona mejor conservada del Chillar. Cuando el caudal es importante, el agua de la zúa resbala por el muro creando una bonita cascada. Seguidamente, en la orilla derecha descubrimos las instalaciones de la central eléctrica del Salto Grande.

Por encima de nuestras cabezas, aunque no acertamos a verla, discurre la acequia de suministro al complejo hidroeléctrico. A veces regulan el flujo dejando caer el agua por una estética chorrera. A no mucha distancia hallamos el primer cahorro, un lugar verdaderamente bello donde la corriente ha labrado un estrecho cañón que permite tocar ambas paredes con tan solo extender los brazos. Acaba esta primera estrechez en una poza recrecida para el baño, muy concurrida entre los visitantes. Tras recorrer un trecho recto llegamos al segundo cahorro, de menor longitud, pero con una morfología un tanto especial  ya que los salientes rocosos de una orilla encajarían con los entrante de la otra.

En adelante, el río se ensancha un poco y permite caminar por las orillas. Ya no cruzaremos cahorros tan estéticos, pero a cambio disfrutaremos de algunos rápidos que horadan marmitas de aguas remansadas. Sin duda, ese discurrir precipitoso determina la ausencia de peces, a excepción de la anguila (Anguilla anguilla), más bien escasa. El punto final del recorrido lo establecemos en un conjunto de saltos y rápidos, donde descuella el vado de los Patos, una poza alimentada por una cascada y recrecida con una pequeña presa artificial.

Flora

No faltan las consabidas adelfas (Nerium oleander), la zarzamora (Rubus ulmifolius), el junco (Scirpus holoschoenus), algunos sauces (Salix eleagnos y S. atrocinerea) e higueras (Ficus carica), aunque al abrigo de los taludes y paredes rocosas prosperan otras plantas como la flor de la viuda (Trachelium caeruleum), el culantrillo (Adiantum capillus-veneris), el ruibarbo (Thalictrum speciosissimum), el rusco (Ruscus aculeatus), el bayón (Osyris lanceolata) o la unciana (Dorycnium rectum).

En el áspero monte circundante reinan los pinares de carrasco y resinero (Pinus halepensis y P. pinaster) con un sotobosque formado por palmito (Chamaerops humilis), enebro (Juniperus oxycedrus) y boj (Buxus balearica), propio de las provincias orientales andaluzas y baleares.

Con un panorama tan hostil, acuciado por la escasa retención de agua y la toxicidad del magnesio, un elenco de plantas propias o endémicas de este sustrato ha sabido adaptarse a estas condiciones extremas, proporcionando una riqueza vegetal muy valorada desde el punto de vista medioambiental. Relacionamos algunas de las joyas botánicas adscritas al sector dolomítico: Anthyllis tejedensis, Arenaria racemosa, Eryngium grosii, Linaria amoi y Ulex almijarense.