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Ruta 12. Río Alaminos. Barranco Blanco (Itinerarios fluviales)

Diputación de Málaga
Barranco Blanco. Cartel informativo. Itinerarios por los paisajes fluviales de Málaga

Ruta 12. Río Alaminos. Barranco Blanco (Itinerarios fluviales)

Rutas A pie Fluvial
Dificultad - Media
Acceso -

Coín, situado en el corazón del Valle del Azahar, es la referencia para llegar al punto de inicio del recorrido. Desde esta población parte la carretera MA-3303 en dirección al puerto de los Pescadores y entre los puntos kilométricos 4 y 5, más cerca del primero, se deriva la pista forestal donde aparcaremos el vehículo. Desde la Costa del Sol, con inicio en Fuengirola, se puede llegar al puerto de los Pescadores por la A-7053. Desde Mijas y Alhaurín el Grande se hace lo propio a través de la A-387.

Duración - 3:30 horas
Longitud - 5600 Km
Rutas

Avanzamos por la pista forestal por medio de un pinar (Pinus halepensis) con un denso soto de palmitos (Chamaerops humilis), ardiviejas (Cistus albidus), lentiscos (Pistacea lentiscus) y enebros (Juniperus oxycedrus). Después de recorrer un tramo llano que permite avistar las calizas de la sierra de Mijas y las lomas bermejas de Sierra Alpujata, iniciamos un largo descenso hacia el valle del río, contorneado por numerosas fincas de labor y recreo. En el principal cruce, a 1,7 km del inicio, optaremos por el ramal de la derecha, el cual rodea el cerro Alaminos. Otro breve descenso y llegamos al puente sobre el río.

En este punto tiene su inicio uno de los senderos ofertados por el Ayuntamiento de Coín, el PR-A 338 Albuquería, con distintas variantes que recorren Sierra Negra. En primer lugar bajamos desde el puente por un pendiente sendero que nos deja junto a una preciosa cascada de 11 m que deja caer el preciado líquido por un travertino profusamente cubierto de culantrillos (Adiantum capillus-veneris). De las dos pozas que le preceden, la segunda cubre de cuerpo entero. Retornamos al puente y, ahora sí, avanzamos contracorriente por un sendero bien marcado de la orilla derecha (según el sentido de nuestra marcha), hasta llegar a una alberca que nos obliga a vadear el cauce. En adelante avanzaremos entre una maraña vegetal de adelfas (Nerium oleander), ruscos (Ruscus aculeatus), emborrachacabras (Coriaria myrtifolia) y sauces (Salix pedicellata). El siguiente hito de interés lo hallamos en el charco de la Paloma, muy característico por estar encajado entre un tajo vertical con una gran sobaquera por donde corre el agua y otro, en la margen izquierda, fuertemente inclinado. Los menos habilidosos se tendrán que mojar para progresar y los más aventureros podrán saltar desde una maroma instalada para tal fin.

A escasa distancia acaba la ruta propuesta en el charco del Infierno, otro lugar idílico donde cae una doble cascada con marmita intermedia. Algunos bañistas suelen saltar desde un promontorio situado a 6 m de altura, pero no recomendamos hacerlo si no se tiene la seguridad y destreza necesaria.

Flora

En las cabecera del Alaminos hallamos importantes masas de pino resinero (Pinus pinaster) y manchas relativamente importantes de alcornocal (Quercus suber) y quejigal (Quercus faginea). Cabe citar la presencia del endemismo serpentinícola Galium viridiflorum. El tramo medio, que corresponde con el paraje de Barranco Blanco, fue castigado por un gran incendio en el año 2012, aunque la zona más próxima al curso, ha preservado la vegetación.

Fauna

Uno de los motivos para la designación como ZEC del tramo alto de esta cuenca se fundamenta en la presencia de algunos elementos de interés faunístico. Uno de ellos es la nutria (Lutra lutra), un mustélido que llegó a estar desaparecido largo tiempo. Las especies ictícolas están bien representadas por el barbo gitano (Luciobarbus sclateri) y la anguila (Anguilla anguilla).

No faltan tampoco el llamativo martín pescador (Alcedo atthis) y el búho real (Bubo bubo).

Entre los anfibios destacan el sapillo pintojo meridional (Discoglossus jeanneae), el sapo de espuelas (Pelobates cultripes) y la ranita meridional (Hyla meridionalis).

En los ambientes acuáticos proliferan numerosos insectos, caso de estas dos excepcionales libélulas: Oxygastra curtisii y Gomphus graslinii.