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Gran Senda de la Sierra de las Nieves (GR 243). Etapa 04. Tolox - Guaro

Diputación de Málaga
Tolox. Foto encabezado Etapa 4 GR 243

Gran Senda de la Sierra de las Nieves (GR 243). Etapa 04. Tolox - Guaro

Ruta A pie
Dificultad - Azul - Fácil
Acceso -

1. Inicio de la etapa:

Acceso al punto de inicio: Desde la avenida de San Roque, travesía de acceso a Tolox, se deriva la Calle Erilla, donde tiene inicio la etapa.

2. Finalización de la etapa:

Acceso al punto de finalización: Calle Camino del Arroyo, junto a la carretera de Marbella (A-7100), en la travesía que rodea Guaro por el oeste.

En todo momento vamos a discurrir por pistas forestales y carriles agrícolas que suelen tener escaso tráfico, circunstancia que nos obligará a tener precaución, sobre en las proximidades de Tolox y Guaro. El perfil de la ruta es el típico de diente de sierra, de los llamados rompe piernas, con constantes subidas y bajadas. La ayuda de los bastones y un buen calzado, aliviaran el esfuerzo. No debemos recolectar los frutos de las arboledas aledañas al recorrido. La provisión de agua solo podremos efectuarla en el arroyo de la Fuente de la Teja, ya que el resto de cursos fluviales son estacionales. Los diferentes ambientes de la etapa propician el avistamiento de numerosas aves, así que no estará de más llevar los prismáticos para distinguir, sobre todo, a los pájaros más pequeños.

Coincidencia con otros senderos

Esta etapa coincide con el PR-A 274, Guaro – Puerto Alto, desde Puerto Alto hasta Guaro, y con el PR-A 279, Guaro - Chiribenítez, en unos 450 m de trayecto, en las proximidades de Puerto Alto.

Duración - 5:00 horas
Longitud - 14700 Km
Rutas

Salimos de Tolox por la calle Erilla dejando atrás las últimas viviendas del pueblo y contorneando varias naves comerciales. A escasa distancia abandonamos el camino de Coín para virar a la derecha a través del ramal que busca el vado del arroyo de la Estepera, a cuyo regazo se prodiga una densa vegetación. Ahora afrontamos la cuesta de la Estepera, adornada por vides y olivos con centenares de años de antigüedad y porte monumental.

Una vez alcanzado el lomo del cerro Albarejo, el carril se aferra a la línea inter fluvial de los arroyos de las Viñas y el Negro, ambos afluentes del arroyo de la Estepera. Desde este trecho, uno de los pocos con perfil llano en el recorrido, se deja ver al oeste y por encima de la cuerda de Cerro Redondo, cubierto de pinares, la imponente mole de la sierra de Tolox con la cumbre de la Torrecilla (1.919 m) en lo más alto. La panorámica al norte, igual de gratificante a la vista, la cierra el conjunto de las sierras Cabrilla y Prieta, cuyo color blanquecino delata su origen sedimentario al igual que la de Tolox, y el casco urbano de Yunquera en el pie de monte.

Poco antes de vadear el arroyo de las Viñas, la pista que seguimos hace las veces de límite del Parque Nacional Sierra de las Nieves. El pino resinero se yergue en estos predios como rey indiscutible de la foresta. Le acompañan matorrales nobles como el lentisco, el enebro y el palmito. El puerto del Rey marca el punto de contacto con la vertiente del arroyo de la Fuente de la Teja, el cual lleva agua todo el año. Al vadearlo podremos reponer agua en el propio lecho. Este curso fluvial, encajado entre moles de peridotitas, desciende en poco más de 5 km desde las laderas del cerro Aranda (1051 m) hasta su confluencia con el arroyo de la Estepera, a 200 m de altitud.

Nuestro siguiente hito de interés es el puerto de Chiribenítez (km 5,6), una importante encrucijada de caminos donde concurren los términos municipales de Tolox y Monda, y donde el límite del Parque Natural Sierra de las Nieves dibuja un ángulo recto invertido que nos aleja, ahora sí, del espacio protegido. En el plano paisajístico y a vista de pájaro se dirimen tres ambientes bien diferentes: el de las suaves lomas pizarrosas ocupadas por olivos, vides y almendros; el de los pinares peridotíticos, y el del monte mediterráneo, con encinas, alcornoques y algunos castaños ocupando, a modo de manchas, los terrenos menos accesibles. Desde este lugar, coincidente algunos metros con la traza del PR-A 279 (Guaro-Chiribenítez), el GR-243 tuerce al este contorneando una cuerda con varias prominencias por encima de los 600 m que divide las vertientes de los arroyos de la Estepera y Seco, ambos a su vez de la cuenca de Río Grande.

Pronto pasaremos por Puerto Alto, el punto más elevado de todo el recorrido. Bien merece la pena hacer aquí una nueva parada para disfrutar de las extensas vistas que se pierden en la inmensidad del Valle del Guadalhorce o en los agrestes perfiles de las sierras Canucha y Blanca, de cuyas cañadas orientadas al norte, casi se aprecian las siluetas de algunos rodales de pinsapar que han sobrevivido de manera increíble a los incendios forestales. Milagrosa es también la presencia en los linderos del camino de algunos ejemplares de alcornoques acompañados de jaras y hérguenes. Una muestra del bosque relicto que debió ocupar estos lares antaño. Ahora se nos incorpora por el sur el recorrido del PR-A 274 (Guaro-Puerto Alto), con el que coincidiremos hasta acabar la etapa.

Cuando el GR-243 toma orientación sur (km 11), sabremos que hemos de iniciar un pronunciado descenso en busca del cauce de Arroyo Seco, el cual, tal como indica su nombre, llega a secarse en el periodo estival. Tiempo tendremos aún para gozar de espléndidas panorámicas a los pueblos de Yunquera, Alozaina y Guaro, o la enigmática Sierra Alpujata, conformada por rocas peridotitas. Algunas laderas próximas al cauce Arroyo Seco han visto proliferar en los últimos tiempos los cultivos tropicales, especialmente de aguacates. Por su parte, en las vegas del curso fluvial aún perduran algunas huertas tradicionales. El abandono sistemático de las explotaciones agrarias y de la ganadería ha permitido cierta recuperación en la vegetación riparia y cada vez se prodigan más sauces, mimbres, tarajes, adelfas y, sobre todo, la alóctona caña que llega a cegar algunos tramos del lecho. En lo taludes terrosos hemos vistos varias nidificaciones de abejarucos.

Durante un trecho caminaremos en paralelo a Arroyo Seco, entre campos baldíos y fincas dedicadas a la labranza y el cultivo de cítricos. El último kilómetro de la etapa 4 se abre camino entre bancales y diversas arboledas que dulcificarán el esfuerzo del ascenso. Entramos a Guaro por su zona norte, lugar de ensanche de la población junto a la carretera a Monda.

Flora

En el conjunto montañoso de la Serranía de Ronda en general y en Sierra de las Nieves de manera particular, encontramos representación de lo más selecto de la flora mediterránea y un buen ramillete de plantas exclusivas entre los que destacan los curiosos endemismos serpentinícolas. La vegetación potencial va íntimamente ligada a los diferentes pisos bioclimáticos constatados: termomediterráneo (0-600 m), mesomediterráneo (600-1200 m), supramediterráneo (1000-1600 m) y oromediterráneo (1600-2000 m). Igualmente, las comunidades vegetales variarán en función de las distintas litologías. Este cúmulo de circunstancias refrendan la potencialidad botánica del territorio, considerado como Punto Caliente según el mapa de biodiversidad elaborado por la organización medioambiental norteamericana “Conservación Internacional”.

EL PINSAPO

La estrella de la foresta andaluza, el pinsapo, tiene su origen en el Plioceno, último periodo de la era Cenozoica, hace unos 5 millones de años. Se establece en nuestro territorio huyendo de la glaciación del Cuaternario que cubre el centro y norte de Europa. Se halla emparentado con otros abetos circunmediterráneos, con quienes comparte un origen común. El Abies pinsapo Boiss es un endemismo exclusivo de la Serranía de Ronda, ya que su pariente de la cordillera del Rif, el Abies marocana, es considerado por la comunidad científica como un taxón diferente a pesar de la contrastada apariencia de ambas especies. Fuera de su área natural de crecimiento, hallamos algunos rodales, fruto de repoblaciones, en el Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama (Málaga), en el Parque Natural Sierra de Huétor (Granada), en el Parque Nacional Sierra de Guadarrama (Segovia) y en la Sierra de Santa Cruz (Zaragoza). En la Península Ibérica crece igualmente el abeto blanco (Abies alba), circunscrito al área de Pirineos.

En el Parque Nacional Sierra de las Nieves se halla el 85% de las masas de pinsapar, ocupando una extensión aproximada de 3.500 ha repartidas, básicamente, entre los montes de Yunquera, Ronda, Parauta, Tolox y El Burgo. Nuestro abeto no tiene una preferencia edáfica especial, ya que lo vemos prosperar en calizas, peridotitas y suelos silíceos. Se desarrolla entre los 1.000-1.800 metros de altitud, normalmente en cañadas orientadas al norte y con pluviometría superior a los 1.000 mm. Soporta muy bien la sequía estival. Presenta la característica forma cónica de los abetos, aunque con la edad, debido a la pérdida de ramas y a las afecciones de los ácaros, tienden a engrosar o adoptar la figura de candelabro. Algunos ejemplares casi alcanzan los 30 metros de altura.

Con el fin de evitar la autofecundación, las flores masculinas se disponen en las ramas medias y bajas; en tanto, el cono femenino siempre ocupa la copa del árbol. Los piñones son pequeñitos y tienen una alita trasera que les ayuda a propagarse por el territorio. Cuando el hábitat es propicio crece de manera monoespecífica, aunque en otros ambientes es frecuente hallarlo en bosques mixtos de pinos y quercíneas e, incluso con el introducido Cedrus atlantica, serie vegetal que se produce en Marruecos con el abeto del Rif. Los llamados “pinsapos glaucos” presentan las acículas con una coloración azulada que los hace especialmente fotogénicos al distribuirse mezclados de manera muy dispersa con sus congéneres.

El pinsapo vive coligado a un singular séquito florístico representado por especies como la adelfilla (Daphne laureola var. latifolia), la alhucema (Lavandula lanata), la peonía (Paeonia broteroi y P. coriacea), el eléboro (Helleborus foetidus), la Rubia peregrina, la escasa Atropa baetica o el gavo (Ononis reuteri). En los pastizales del límite del pinsapar abunda el rosal silvestre (Rosa micrantha), el espino majoleto (Crataegus monogyna), la zarzamora (Rubus ulmifolius) y ejemplares aislados de endrino (Prunus spinosa).

LOS HONGOS

La variedad fúngica de Sierra de las Nieves deviene de las distintas formaciones vegetales presentes en el ámbito de la Reserva de la Biosfera. En bosques de quercíneas hallamos la carbonera (Russula cyanoxantha), la amanita panterina, el pie azul (Lepista nuda), la yema de huevo (Amanita caesarea), la chantarela (Cantharellus subpruinosus), el parasol (Macrolepiota procera) y los boletus aestivalis, edulis y aereus. En el pinar reina el famoso níscalo (Lactarius deliciosus) y el boleto baboso (Suillus bellinii). La seta más buscada y apreciada desde el punto de vista culinario es la de cardo (Pleurotus eryngii), la cual crece en zonas de pastizal.

En este ecosistema también prospera el champiñón (Agaricus campestris) y la barbuda (Coprinus comatus).
Es en el pinsapar donde hallamos las especies raras y em- blemáticas del Parque Nacional. Entre los más interesantes señalaremos la cagarria (Morchella esculenta y conica), muy codiciada por los micófagos. Menos conocidos son Geastrum triplex, Antrodia xantha, Aleuria aurantia, Pluteus pouzarianus, Otidea leporina, Entoloma byssisedum, Ramaria stricta o la escasa Caloscypha fulgens. El hongo Heterobasidion annosum, por su parte, es el causante de una importante mortandad de pinsapos al afectar a la raíz por podredumbre.

LAS ORQUÍDEAS

Estas plantas, entre las más bellas que podamos encontrar gracias a sus vivos colores y aspecto, pasan casi desapercibidas debido a su tamaño pequeño. Las más, para asegurarse la polinización, adoptan las curiosas formas de los insectos. En Sierra de las Nieves crecen desde las más escasas o difíciles de encontrar como Ophrys atlantica, orchis cazorlensis, Cephalantera rubra, Serapias parviflora o Anacamptis pyramidalis, hasta las más comunes, entre ellas Barlia robertiana y las Ophrys lutea, scolopax, speculum y tenthredinifera. Son habituales en el pinsapar Aceras anthropophorum, Himanthoglossum hircinum y Orchis olbiensis. En el castañar crece la preciosa Cephalantera longifolia, en tanto, en bosques frondosos de quercíneas afloran Epitactis tremolsii, Limodorum trabutianum, Orchis champagneuxii e italica, Androrchis langei, Neotinea maculata y conica, y Dactylorhiza insularis y elata, esta última en lugares húmedos o cercanos a fuentes.

ÁRBOLES NOTABLES

Sierra de las Nieves destaca por ser refugio de un buen número de árboles destacables por su antigüedad, tamaño, historia, rareza, etc. A continuación, exponemos una relación de los que se encuentran recogidos en el catálogo de Árboles y Arboledas Singulares de Andalucía.
- Majuelos de la Cueva del Agua
- Rebollos del cerro del Robledal
- Castaño Santo de Istán
- Encina de los Quinitos
- Algarrobo de las Cuevas del Moro
- Pinsapo de la Escalereta
- Pinsapo del Puntal de la Mesa (Falsa Escalereta) 􏰀 Pinsapo de la Perra
- Pinsapo de la Alcazaba
- Pinsapo Moreno
- Pinsapo Azul
- Pinsapo del Puerto del Pinsapo
- Pinsapo Candelabro.

Fauna

El Coto Nacional de Caza de la Serranía de Ronda se crea en el año 1948 con la idea de proteger y recuperar las poblaciones de cabra montés y corzo morisco. Durante su existencia ha ido cambiando de nombre según la administración gestora en cada momento. En 1972 pasó a deno¬minarse Reserva Nacional de Caza y, finalmente, en 2003, bajo la gestión de la Junta de Andalucía, se renombró como Reserva Andaluza de Caza de la Serranía de Ronda. Aledaño a este centro de recuperación e investigación se habilitó un cercado donde las cabras montesas y los corzos se recuperan de las distintas afecciones que padecen. Además de gestionar los cupos de caza, este organismo ejerce una importante labor protectora que ha llevado a estabilizar la población del corzo morisco en el ámbito geográfico de la Serranía de Ronda.

Como no puede ser de otra manera, los reptiles y anfibios más comunes igualmente moran en Sierra de las Nieves. Citaremos entre los más interesantes a la lagartija andaluza (Podarcis vaucheri), a los eslizones ibérico y tridáctilo (Chalcides bedriagai y striatus), a la culebra de herradura (Hemorrhois hippocrepis) y a la culebra lisa meridional (Coronella girondica). Por parte de los anfibios hay que subrayar a la salamandra penibética (Salamandra salamandra subsp. longirostris), un endemismo del conjunto de la 57 Serranía de Ronda, y al sapillo pintojo meridional (Discoglossus jeanneae), bien representado en el espacio.

Desde unos años acá se ha incrementado la población de nutria (Lutra lutra). Igual camino sigue el cangrejo ibérico (Austropotamobius pallipes), que se ha visto favorecido por las actuaciones llevadas a cabo para asegurar su supervivencia frente al introducido cangrejo rojo americano. El cacho (Squalius malacitanus), es una especie ictícola exclusiva de la Serranía de Ronda y Campo de Gibraltar, que habita en el río Guadaíza. En Río Verde y en el propio Guadaíza hallamos las únicas po- blaciones andaluzas de blenio (Salaria fluviatilis).

En las ribera y ambientes húmedos moran algunos odonatos sumamente interesantes como Macromia splendens y Gomphus graslinii, ambas restringidas a la Península Ibérica y sur de Francia, y Oxygastra curtisii, considerada en peligro de extinción. El grupo de lepidópteros es bastante amplio, pero cabe destacar la presencia de las mariposas Eublemma rietzi, Eumedonia eumedon, Euphydryas desfontainii, Pseudophilotes panoptes y Cupido lorquinii.

El emblema faunístico de Sierra de las Nieves es la cabra montesa (Capra pyrenaica hispanica) que, a pesar de la incidencia de la sarna, encuentra en estas sierras una de sus mejores poblaciones en Andalucía. Fue por ello que en el anagrama del Parque Natural figuran las imágenes del pinsapo y de la cabra. Menos conocido es el sigiloso y mimético corzo morisco (Capreolus capreolus), un pequeño cérvido que habita las espesuras del bosque. El jabalí (Sus scrofa) se ha extendido en los últimos años, creando serios problemas en los cultivos, pastizales y áreas boscosas. El gamo (Dama dama), el muflón (Ovis musimon) y el ciervo hallan restringida su presencia a fincas cinegéticas del Parque Natural. Remata la lista de mamíferos el meloncillo (Herpestes ichneumon), el tejón (Meles meles), la garduña (Martes foina), el zorro (Vulpes culpes), el gato montés (Felis silvestris) y la gineta (Genetta genetta), esta última introducida por las tribus norteafricanas en el siglo VIII.

Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. Pagina 71. Tolox Imagen de Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. Pagina 71. Tolox Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. Pagina 61. Guaro Imagen de Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. Pagina 61. Guaro Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. pag 110 Plataforma travertínica cercana a Arroyo Seco Imagen de Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. pag 110 Plataforma travertínica cercana a Arroyo Seco Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. pag 111 Sierra Parda de Tolox Imagen de Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. pag 111 Sierra Parda de Tolox Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. Pag 112 Fuente de la Teja Imagen de Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. Pag 112 Fuente de la Teja Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. pag 113 Panorámica a la blanquecina sierra de Tolox Imagen de Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. pag 113 Panorámica a la blanquecina sierra de Tolox Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. pag 114 En el horizonte las sierras Canucha y Blanca Imagen de Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. pag 114 En el horizonte las sierras Canucha y Blanca Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. pag 115 Valle de Arroyo Seco Imagen de Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. pag 115 Valle de Arroyo Seco Sendero GR 243. Etapa 4. Tolox - Guaro Imagen de Sendero GR 243. Etapa 4. Tolox - Guaro Sendero GR 243. Etapa 4. Tolox - Guaro Imagen de Sendero GR 243. Etapa 4. Tolox - Guaro Sendero GR 243. Etapa 4. Tolox - Guaro Imagen de Sendero GR 243. Etapa 4. Tolox - Guaro Sendero GR 243. Etapa 4. Tolox - Guaro Imagen de Sendero GR 243. Etapa 4. Tolox - Guaro Sendero GR 243. Etapa 4. Tolox - Guaro Imagen de Sendero GR 243. Etapa 4. Tolox - Guaro Sendero GR 243. Etapa 4. Tolox - Guaro Imagen de Sendero GR 243. Etapa 4. Tolox - Guaro Sendero GR 243. Etapa 4. Tolox - Guaro Imagen de Sendero GR 243. Etapa 4. Tolox - Guaro Sendero GR 243. Etapa 4. Tolox - Guaro Imagen de Sendero GR 243. Etapa 4. Tolox - Guaro Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. Pagina 52d. Zorzal real. Foto A. Ternero Imagen de Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. Pagina 52d. Zorzal real. Foto A. Ternero Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. Pagina 52b. Roquero rojo. Foto A. Ternero Imagen de Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. Pagina 52b. Roquero rojo. Foto A. Ternero Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. Pagina 47b. Orchis cazorlensis Imagen de Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. Pagina 47b. Orchis cazorlensis Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. Pagina 44a. Cono femenino de pinsapo Imagen de Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. Pagina 44a. Cono femenino de pinsapo Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. Pagina 40a. Convulvulus boissieri Imagen de Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. Pagina 40a. Convulvulus boissieri Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. Pagina 39. Piornal Imagen de Topoguía GR 243. Sierra de las Nieves. Pagina 39. Piornal GR 243.4 Tolox - Guaro 004 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 004 GR 243.4 Tolox - Guaro 003 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 003 GR 243.4 Tolox - Guaro 005 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 005 GR 243.4 Tolox - Guaro 010 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 010 GR 243.4 Tolox - Guaro 007 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 007 GR 243.4 Tolox - Guaro 006 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 006 GR 243.4 Tolox - Guaro 001 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 001 GR 243.4 Tolox - Guaro 008 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 008 GR 243.4 Tolox - Guaro 002 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 002 GR 243.4 Tolox - Guaro 009 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 009 GR 243.4 Tolox - Guaro 011 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 011 GR 243.4 Tolox - Guaro 012 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 012 GR 243.4 Tolox - Guaro 016 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 016 GR 243.4 Tolox - Guaro 015 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 015 GR 243.4 Tolox - Guaro 013 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 013 GR 243.4 Tolox - Guaro 019 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 019 GR 243.4 Tolox - Guaro 017 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 017 GR 243.4 Tolox - Guaro 014 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 014 GR 243.4 Tolox - Guaro 018 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 018 GR 243.4 Tolox - Guaro 020 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 020 GR 243.4 Tolox - Guaro 021 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 021 GR 243.4 Tolox - Guaro 022 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 022 GR 243.4 Tolox - Guaro 029 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 029 GR 243.4 Tolox - Guaro 024 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 024 GR 243.4 Tolox - Guaro 023 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 023 GR 243.4 Tolox - Guaro 025 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 025 GR 243.4 Tolox - Guaro 026 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 026 GR 243.4 Tolox - Guaro 027 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 027 GR 243.4 Tolox - Guaro 028 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 028 GR 243.4 Tolox - Guaro 030 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 030 GR 243.4 Tolox - Guaro 031 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 031 GR 243.4 Tolox - Guaro 033 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 033 GR 243.4 Tolox - Guaro 034 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 034 GR 243.4 Tolox - Guaro 032 Imagen de GR 243.4 Tolox - Guaro 032

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