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Charco de la Caldera. Río Grande. Alozaina

Diputación de Málaga
10 Charco de la Caldera. Río Grande. Alozaina

Charco de la Caldera. Río Grande. Alozaina

  • Charco de la Caldera (BARRANQUISMO)
  • Espacio Protegido: No incluido
  • Vertiente: Distrito Hidrográfico Mediterráneo
  • Curso fluvial principal: Río Grande
  • Municipio: Alozaina
  • Coordenadas: x: 331667 / y: 4067142 / z: 480 m
  • Localización: Enredada
  • Acceso: Complicado
  • Interés para el baño: Medio

 

Cómo llegar

Desde Alozaina hemos de seguir la A-366 (Ronda-Málaga) en dirección a Yunquera. Después de recorrer unos 5 km viramos a la izquierda hacia la pedanía de Jorox. Aparcamos en el ensanche junto a la ermita del Santo Cristo de la Vera Cruz. Caminamos unos metros calle abajo y pasamos a la izquierda por un puentecito que nos asoma al barranco de Jorox. Acaba este precioso camino junto a una curva del ramal de acceso al poblado. De allí se toma un sendero que baja por el pinar hasta el cauce del río Jorox. La cascada y la poza se hallan ocultas por la maraña vegetal. Tras sortear unos pedruscos, vislumbramos la preciosa poza y la cascada de 22 m de altura.

 

Datos de interés

Sin duda, Jorox es uno de esos rincones idílicos repartidos por la provincia de Málaga. Las casitas del diseminado se esparcen en un travertino dominado por bancales a distintas alturas donde crecen todo tipo de árboles frutales. El nacimiento del río Jorox se localiza justo debajo del puente de la carretera. Nada más brotar, parte del caudal se deriva por una toma que la reparte por un laberinto de acequias destinadas al riego; si bien, antaño se destinó a los molinos de harina y aceite. En la mesa que domina este cerrado valle se observan algunas covachas ocupadas por las primeras sociedades humanas.

 
A tener en cuenta

El acceso a la charca se lleva a cabo entre unas piedras desprendidas de escasa consistencia. Tanto por su situación, como por la orientación, el sol brilla por su ausencia. La poza es amplia y cristalina; además, cubre en todos lados salvo en la orilla. Detrás de la cascada aparece una pequeña oquedad que permite sentarse y contemplar caer el agua. Llama la atención la presencia de un algarrobo asido a la roca, tendido y con una curiosa tronca entrelazada. El paso incesante del agua en el salto ha modelado una toba colgada de gran belleza. El terreno disponible para sentarse o estirar la toalla, es mínimo.

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