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Prehistoria en las Cuevas de El Cantal

Diputación de Málaga
Portada Libro Cueva del Cantal

Prehistoria en las Cuevas de El Cantal

El municipio de Rincón de la Victoria ha adquirido en los últimos años una dimensión histórica, patrimonial y monumental sin precedentes que lo sitúan en el foco de la geología, la prehistoria, la arqueología y la investigación, propiciando un turismo cultural extraordinario que se siente atraído por la belleza geológica de la Cueva del Tesoro, por la importancia prehistórica de la Cueva de la Victoria y por la impresionante musealización de la Villa Romana Antiopa.

El municipio posee, además de estos tres grandes espacios culturales, los acantilados del Cantal, donde confluyen la Senda Litoral con las etapas 1 (Málaga/ Rincón de la Victoria) y 2 ( Rincón de la Victoria/Vélez-Málaga) de la Gran Senda de Málaga (GR-249) y la Senda Azul, el despoblado medieval de Bezmiliana, las Torres Almenaras sobre la costa y la Casa Fuerte de Bezmiliana. Todos ellos dentro de un ámbito de respeto a la naturaleza, al patrimonio histórico y desde parámetros de gestión basados en la sostenibilidad.

En este libro sobre la Prehistoria en las Cuevas del Cantal, fruto de años de investigación, se ha conseguido aunar el conocimiento científico y la capacidad pedagógica de explicarnos los auténticos valores singulares y universales de estas cavidades que sintetizan más de 50.000 años de la Historia de los primeros habitantes de la Bahía de Málaga.

El equipo de investigación actual nos abre las puertas del tiempo para llevarnos a la frontera de la Humanidad, cuando estuvimos a punto de desaparecer y, sin embargo, gracias a lugares como las Cuevas de El Cantal, sabemos que hubo una repoblación de una parte de Europa con humanos acantonados en nuestras tierras. También nos seducen con la alimentación de nuestros ancestros, firmemente vinculadas a nuestras playas, donde se demuestra que lo que hoy nos gusta de nuestra gastronomía, estaba ya perfectamente instalado en nuestras costumbres hace más de 15.000 años. Nos sorprenden, cuando nos hacen pensar que el uso funerario de estas cavidades durante el Neolítico, se anticipó más de 3.000 años a la cultura egipcia, demostrando que nosotros fuimos pioneros al decorar nuestros panteones con escenas de vivos en espacios para la muerte.

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Historia

Esta publicación, de varios autores, realiza un inventariado de 41 cavidades naturales (cuevas y abrigos). De éstas, doce están situadas en la zona alta, como la Cueva del Tesoro y Victoria, y otras 29 en la zona de los antiguos túneles de ferrocarril y frente marino, por donde discurre la Senda Litoral.

Las cuevas de Rincón de la Victoria, situadas en los acantilados de El Cantal, se caracterizan por una morfología espectacular, que recuerda a la de un gigantesco queso Gruyère y por la casi ausencia de espeleotemas (estalagmitas, estalactitas, columnas…). Además, en algunos rincones de estas complejas grutas aparecen sedimentos de origen marino, indicativos de que fueron invadidas por el mar a lo largo de su historia geológica”.

La publicación realiza un repaso general por las Cuevas de El Cantal, analizando su historia, el patrimonio arqueológico prehistórico y el arte rupestre prehistórico que podemos encontrar en sus cuevas. Hay que recordar que tanto la Cueva del Tesoro como la Victoria contienen material datado en el Paleolítico Superior, 36.000 al 10.000 a.C. Posteriormente, el libro se centra en la descripción física de estas dos cavidades, las más representativas del sistema de cuevas.

“Las historias alrededor de las Cuevas de El Cantal comienzan en el siglo XVII, cuando ya se describen visitas que incluyen uno de los primeros mapas topográficos de una cueva natural. También se hablaba de antros donde se escondían políticos romanos como Marco Craso o buscadores de tesoros como El Suizo en la primera mitad del siglo XIX. Todo esto hasta que, posteriormente, un grupo de evolucionistas de Málaga capital crearon la Sociedad Malagueña de ciencias y de la Sociedad Excursionista interesados en conocer los valores naturales e históricos de la provincia”.

De hecho, desde el siglo XVII y hasta principios del siglo XX, las Cuevas de El Cantal se aprovecharon como ‘minas de guano’ procedente de la mezcla entre los excrementos de murciélagos y los sedimentos finos. Este material se vendía a los agricultores de toda la costa oriental y la vega de Málaga, como excelente abono para las huertas.

A la búsqueda del ‘Tesoro de los Cinco Reyes’ continuó la investigación para desentrañar la historia de estas cavidades. Ya en la segunda mitad del siglo XX se extrajeron una gran cantidad de vasijas y enseres del Neolítico que fueron expuestas en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. También vasos y ollas decoradas, pulseras, collares, piezas en sílex procedentes de la Cueva del Higuerón que junto a más de quinientas piezas talladas en sílex fueron inventariadas como pertenecientes al Paleolítico Superior.

Tras la protección del entorno de las cuevas de El Cantal, y la declaración como BIC en 2000, el Ayuntamiento de Rincón de la Victoria adquirió la Cueva del Tesoro pasando esta cavidad a ser de propiedad pública.

Geología

Desde el punto de vista geológico, los Cantales están formados por calizas blancas de edad Jurásica (200-145 millones de años), pertenecientes al denominado Complejo Maláguide de la Cordillera Bética. Estas rocas calizas han sido afectadas por procesos posteriores de disolución kárstica, que han generado en ellas discontinuidades y huecos de diverso tamaño, tanto superficiales como subterráneos, entre ellos las Cuevas de El Cantal. Dada su cercanía al mar, estos procesos de disolución han estado ligados tanto a la acción del agua dulce como a la de las aguas salobres existentes en la zona de contacto agua dulce-agua marina, y a la del agua marina en los momentos en los que el nivel del mar se situó a una cota superior a la actual, inundando las cavidades.