Símbolo para los vallesteros, que se enorgullecen de conservar esta joya arquitectónica. Se trata de una pieza arqueológica de forma cubicoide y de gran tamaño venía a servir de pedestal a una estatua con inscripción dedicada al Cesar Trajano en la antigua ciudad de Nescania es de la época y concretamente del año 104 de nuestra era. Hoy día la misma se puede localizar en la Plaza de San Lorenzo mostrándose perfectamente la epigrafía dedicada al emperador Trajano y su traducción.