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Rutas por las fortalezas de Málaga para no olvidar nuestra historia

Diputación de Málaga
Castillo La Estrella, Teba

Rutas por las fortalezas de Málaga para no olvidar nuestra historia

Algunas fueron fenicias, otras romanas y, posteriormente, árabes y cristianas

En la provincia hay presencia de unos 90 castillos, testigos de la intensidad con la que se ha paseado la historia por un territorio que ha ejercido, y ejerce, de frontera entre reinos, religiones, culturas y continentes. No son pocos los municipios malagueños coronados por castillos y fortalezas, y aunque muchas no han logrado conservar su esplendor hasta nuestros días, al menos recuerdan el poderío de antaño y su utilidad para proteger a las gentes de los pueblos, reyes y grandes señores.

Algunos de ellos fueron especialmente importantes e incluso fueron testigos mudos de hazañas históricas, como una gran rebelión contra el poder de los Omeyas desde Bobastro, la toma de Teba con el apoyo de soldados escoceses, los largos asedios de los cristianos en la reconquista como el asedio Álora o las heroínas que se enfrentaron a los rebeldes morisco en el siglo XVI.

Hemos preparado una ruta por comarcas por algunas de las fortalezas más llamativas a las que metafóricamente les invitamos a asomarse a alguna de sus almenas y, si desea conocer otros muchos castillos, puede consultarlos aquí.

Málaga capital

Encontramos dos de los mejores ejemplos de edificios fortificados de los que existen en la provincia: la Alcazaba y el castillo de Gibralfaro. La Alcazaba es posible que originariamente fuera fenicia, pero con seguridad fue romana y, posteriormente, árabe. Residencia de reyes y gobernantes musulmanes y cristianos, fue reformada y fusionada con el castillo de Gibralfaro, edificio que ocupa gran parte de la cima del monte del mismo nombre. La Coracha es la muralla que une estos dos edificios.

Costa del Sol

En los municipios de la costa occidental existen numerosas fortificaciones importantes como el castillo de Sohail en Fuengirola, levantado a mediados del siglo X por Abderramán III sobre un cerro junto al mar. Hoy rehabilitado se usa como auditorio de música. En Marbella, además de restos de la antigua muralla urbana, también encontraremos restos de su castillo árabe del siglo XI. En Estepona, ruinas de las murallas de un castillo del siglo XV, el de San Luis, ruinas del castillo del Nicio y torres vigías en su litoral como la torre Arroyo Vaquero, la de Baños, la de Guadalmansa o la del Velerín, entre otras. En Manilva, podremos ver el castillo de la Duquesa, también conocido como el castillo de Sabinillas, que fue construido en tiempos de Carlos III para defender la costa de los ataques piratas. En Benalmádena encontraremos Colomares y bordeando su línea costera tres torres vigías: la Torre Bermeja, Torre Quebrada y Torremuelle, las tres de época medieval. En Benahavís su castillo de Montemayor, además de varias torres vigías de la época nazarí. Y en Casares la fortaleza árabe.

Antequera

Destaca su Alcazaba, declarada Monumento Nacional y conjunto arquitectónico en el que sobresale su Torre del Homenaje y la iglesia de la Real Colegiata de Santa María la Mayor, que se levantó como primer templo de la ciudad a principios del XVI con un evidente estilo renacentista, aunque también cuenta con algunos rasgos propios del gótico.

Axarquía Costa del Sol

En el Rincón de la Victoria encontramos la Casa Fuerte de Bezmiliana, de mediados del siglo XVIII, además de torres almenaras construidas para la defensa de los ataques piratas, como la de El Cantal y la de Benagalbón. Vélez-Málaga, con la Torre del Homenaje de lo que fue su castillo. Alcaucín y su castillo de Zalia, enclave donde según la leyenda se sitúa la antigua y fantástica Odyscia en la que el escritor griego Homero ubica algunas de las hazañas de Ulises. Lo que sí es totalmente cierto es que fue construido por los árabes con su doble anillo de murallas. Más tarde fue conquistado por los Reyes Católicos y sirvió como "prisión - obispado de los levantiscos moriscos". La fortaleza tenía una ubicación estratégica, ya que se encontraba en el antiguo camino nazarí, que unía a la Axarquía con Granada. Algarrobo con sus dos torres vigías, la de Torreladeada y Torrenueva. Arenas con su castillo árabe de Bentomiz, que vivió intensamente las revueltas moriscas que tuvieron lugar en torno a 1570. Comares y su castillo a 700 metros de altura sobre el nivel del mar, que lo convierten en un enclave único en toda la Axarquía ya que desde el mismo se divisa buena parte de la comarca y los Montes de Málaga. Aunque la mayoría de sus almenas proceden de una remodelación, se conservan dos de sus torres principales, La Tahona y La Tahoncilla -en lugares opuestos del recinto-, y un antiguo aljibe. La importancia táctica del castillo hizo que fuera uno de los bastiones más importantes de la revuelta de Omar Ben Hafsun contra el poder los Omeyas. Frigiliana y su castillo de Lizar.

Guadalteba

Ardales y su castillo de Turón sobre el cerro escarpado al pie del que se levanta el municipio y la Iglesia rupestre mozárabe de Bobastro, bastión civil y militar durante décadas. Allí tuvo su cuartel general Omar Ben Hafsun, el muladí malagueño que desafió el poder de los Omeyas entre los últimos años del siglo IX y los primeros del X. Cañete la Real y su castillo árabe Hins Canit. Teba, con su castillo de la Estrella. Esta fortaleza, considerada como la segunda de mayor tamaño de la provincia de Málaga, está situada sobre el cerro de La Estrella, desde donde no sólo se divisa el pueblo de Teba sino también un vasto territorio que incluye el Valle del Guadalteba, la vega de Antequera, la campiña sevillana e incluso la puerta de entrada a la Serranía de Ronda. Llegó a tener 18 torres -actualmente está íntegra la del homenaje- dentro del recinto amurallado que abarcó 25.000 metros cuadrados. Allí tuvo lugar una cruenta batalla en la que murió sir James Douglas, un noble escocés que comandaba un grupo de soldados de su país, para cumplir el deseo de su rey fallecido Robert The Bruce.

Serranía de Ronda

Ronda, con las antiguas murallas urbanas del siglo XII, con la Puerta de la Almocábar, una de las más conocidas y su Alcazaba. Benadalid y su viejo castillo árabe en cuyo interior está el cementerio del pueblo. Cartajima con su casillo medieval a las afueras del municipio. Y Gaucín con el castillo del Águila, desde donde se divisa igualmente el Peñón de Gibraltar y buena parte de la Serranía de Ronda. El recinto amurallado, situado sobre una elevación rocosa de casi 700 metros de altitud, incluye en su interior un templo cristiano, la Ermita del Santo Niño. Este santuario cristiano fue levantada en el siglo XVII. Uno de los capítulos más importantes vividos en esta fortaleza fue el asedio que tuvo lugar en 1309, en el que algunas crónicas señalan que murió Guzmán El Bueno.

Sierra de las Nieves

Alozaina con su castillo de origen musulmán donde tuvo lugar una de las historias más singulares de las rebeliones moriscas vividas en Andalucía durante el siglo XVI. Allí narran las crónicas que tuvo lugar la hazaña de María Sagredo, una joven pechera que utilizó colmenas para repeler el ataque de las tropas de El Yebali. Las abejas, según la leyenda, se ensañaron con los atacantes moriscos. Casarabonela, también con su castillo de origen musulmán. Istán y lo que queda de su antigua fortaleza, la Torre Escalante, situada en la parte alta del pueblo y que debe su nombre a uno de sus momentos épicos. Fue el que protagonizaron Juana de Escalante y su criada, que supieron defender el castillo de un ataque de moriscos en el año 1569. Ojén y las ruinas de lo que se conoce como Castillo de Solís o Monda con su castillo de la Villeta.

Sierra Norte de Málaga

La fortaleza de Archidona, sobre un cerro que domina visualmente buena parte de la vega de Antequera y donde, según la tradición oral, comienza la famosa leyenda de los enamorados Tello y Tagzona. Aún se conservan bastantes partes de aquel recinto amurallado, que todavía hoy se antoja inexpugnable. Desde muchos de sus rincones se ve con nitidez la Peña de los Enamorados. En esta se erige la ermita de la Virgen de Gracia, construida sobre la antigua mezquita.

Valle del Guadalhorce

Alhaurín el Grande con su castillo de Fahala y la torre vigía de Ubrique; Almogía y sus castillos de Almogía y Santi Petri. Y finalmente Álora y su castillo (cementerio hasta hace pocos años), símbolo del municipio y una de las fortalezas más importantes de la provincia de Málaga. Su actual aspecto es el que le dieron los árabes, aunque los cimientos de la fortaleza podrían ser seguramente de los romanos. Al igual que otras fortalezas del entorno, como la de Almogía, jugó un papel fundamental durante la rebelión morisca de Omar Ben Hafsun. Otro episodio bélico, la batalla en la que murió Diego Gómez de Ribera, el Adelantado de Andalucía, inspiró un bonito poema que todavía se recuerda: ‘Álora, la bien cercada’. Pero, lo más destacado de este castillo aguarda en su interior, además de albergar a la capilla del Nazareno, levantada sobre una anterior mezquita, conserva en muy buen estado la Torre de la Vela y un arco de herradura que es único en occidente.