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Niño Jesús de Pasión

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Obras Artísticas

La Diputación de Málaga, cuenta en su patrimonio con una gran colección de obras artísticas: pinturas, cartografía, esculturas y artes decorativas.
 

Escultura

Niño Jesús de Pasión

Datos generales

  • Autor: Anónimo
  • Fecha: Siglo XVIII
  • Materiales: Madera policromada
  • Procedencia: Adquirido con el inmueble
  • Localización: Casa de los Colarte, Casa-Museo de Antequera.
  • Número de catálogo: 507

Descripción

Niño Jesús de PasiónUna de las temáticas más populares dentro de la cultura del Barroco fue la del Niño Jesús. A pesar de su carácter irreal y apócrifo, su iconografía fue entendida como una forma visual de otorgar validez y actualidad al misterio de la humanización de Cristo a través de la primera sangre derramada durante la Circuncisión. A partir de las obras del escultor italiano Miguel Ángel Naccherino, la escultura exenta del niño Jesús conocería un extraordinario apogeo en el arte español, que abarca tanto la centuria del Quinientos como los siglos XVII y XVIII. De la mano de artistas como jerónimo Hernández de Estrada, Juan Martínez Montañés, Juan de Mesa y Francisco Dionisio de Ribas, entre otros, la escultura presentaba a un Cristo que, ya por anticipado, se mostraba triunfante y vencedor sobre el Pecado y La Muerte, bendiciendo al espectador sin perder un ápice de su gracia, ingenuidad y jovialidad infantiles. No obstante, el espíritu visceral y atormentado, que también dominaba varias facetas de la controvertida religiosidad barroca, no tardaría en desarrollar una serie de variantes iconográficas no exentas de connotaciones morbosas, que sobre la base de modelos letíficos, presentaba al Niño con los atributos de la Pasión, como si éste ya estuviera sufriendo sus trágicas consecuencias. La escultura analizada participa, precisamente, de esta última tendencia al representar una visión del personaje con el rostro descompuesto y lleno de lágrimas, de pie sobre una peana de formaciones nubosas centrada por una cabeza de querubín. Estilísticamente es una pieza que suscribe las interpretaciones análogas ofrecida por José de Mora y José Risueño en el ámbito granadino. El rostro, mofletudo y de facciones delicadas, concentra toda la carga dramática de la escultura, a diferencia de la nota de serenidad aportada por el elegante contrapposto insinuado por la postura del Niño. La disposición de los brazos, con el derecho levantado y el izquierdo vencido hacia abajo, viene impuesta por la colocación de los atributos emblemáticos al uso: lábaro o cruz y cestillo de plata con los instrumentos de la Pasión, respectivamente. La talla del cabello apenas rebasa la volumetría de la cabeza, ordenándose en mechones lacios de apariencia mojada adheridos al bloque craneano y ondulados en torno a las orejas. El modelado, un tanto sumario, de la anatomía se compensa por el aspecto delicado que la policromía de tonalidades sonrosadas confiere a la terminación de la figura. La iconografía del Niño Jesús se completa con un nimbo circular de plata en su color, con una decoración cardial de florones, botones, ces y veneras, rematado con estrellas. El Niño se encuentra depositado en el interior de una urna de hojalata y cristal, que imita en su trazado a la forma de un tabernáculo o templete de planta cuadrangular con las esquinas achaflanadas. Cuatro frontoncillos triangulares, abiertos en sus bases, sustentan un cupulín campaniforme coronado por una jarra metálica con azucenas, motivo iconográfico claramente mariano, y distintivo, asimismo, de la heráldica de Antequera. El elegante diseño de la urna se conjunta con la sugestiva combinación cromática de vidrios transparentes y azules, que renlarcan la línea de los frontones y las varillas de la estructura. La pieza suscribe idénticos procedimientos artesanales de los grandes faroles de la hojalata y cristales popularizados en el siglo XVII por los rosarios procesionales callejeros.