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La Diputación Provincial de Málaga, a través del Area de Cultura y Educación, nombra Hijo Predilecto de la Provincia de Málaga a Félix Revello de Toro, en un acto protocolario en el Centro Cultural Provincial el día 16 de noviembre de 2001.
Mi vida entregada a la pintura. |
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Félix Revello de Toro Félix Revello de Toro nace en Málaga en 1926 en una familia de clase media, siendo el menor de cinco hermanos. Sus primeros tanteos artísticos los tendrá con ocho años cuando dibujara la imagen del Cristo de la Buena Muerte, de una foto que su padre tenía en el despacho. Su infancia la pasa en la calle Cisneros, aunque a la muerte de su padre en 1935 se mudan a la calle Ramos Marín, donde pasarán toda la Guerra Civil y lo que ésta conlleva en la ciudad. Sus primeros tanteos con el arte los lleva a cabo en su ciudad natal en sendas exposiciones, en loas años 1937 y 1938, donde se exponía de forma peculiar en los escaparates de los comercios. Con sólo 11 años se exponen tres postales y vistas de la ciudad en el escaparate de la imprenta y papelería de Ricardo Sánchez, en calle Nueva, logrando venderlas por seis pesetas. A finales de 1938 expone dibujos y acuarelas en los que firmaba Félix Revello en el comercio de Félix Sáenz en la antigua Plaza del Pan. Desde sus inicios en la pintura fue reconocida su valía artística afirmándose así su quehacer constante e incansable, en definitiva y tal y como él mismo afirma: “Mi vida entregada a la pintura”. |
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Apuntes biográficos Su primer encargo serio y profesional, tal y cómo Revello indica, fue el que le hizo la Hermandad de la Sentencia en 1941, que consistía en la elaboración de los quince Misterios del Rosario y un lienzo que mostraba a la Virgen del Rosario con Santo Domingo y Santa Catalina, inspirada en la obra de Murillo; por todo ello cobró la no menos despreciable cantidad de mil pesetas. Estos primeros tanteos con el arte son de aprendizaje, su fuente de inspiración la toma directamente de las postales que circulaban por la época, y en la traducción pictórica que se hacía de esas primeras obras se denotaba la inmadurez de un artista al que aún le quedaba un largo camino por recorrer.
Continuando con la política artística que había mantenido el Ayuntamiento y la Diputación de Málaga de becar a los alumnos más sobresalientes para estudiar como pensionados en la Academia de San Fernando de Madrid, o el la Academia de España en Roma, ejercida desde el siglo XIX más o menos con cierta regularidad, Revello de Toro se beneficia de una de ellas. De la producción que efectúa como ejercicios de pensionado y que en la actualidad se encuentran formando parte del Patrimonio Artístico del Ayuntamiento, se destacan “Escribidme una carta, Sr. Cura”, “Niño con pájaro”, “Desnudo” y “Niño enfermo”, en los que se ve una evolución artística vinculada desde sus primeros momentos con la figuración, en los que comienza a ensayar los volúmenes y el preciso dibujo. En 1948 termina la carrera de Bellas Artes con el Premio Extraordinario, y de esta época se constatan los primeros retratos a Somerset Maugham, Walter Starkie y Vázquez Díaz. En 1950 viaja a Roma becado por la Fundación Carmen del Río. Allí permanecerá un año y se encuentra con otro malagueño, Fernando Labrada, director de la Academia de España en Roma. A su vuelta a Madrid hace sus primeras exposiciones individuales en la Galería Macarrón donde muestra retratos, figuras, flores y bodegones. En 1953 expone en el Casino de Madrid, donde se consolida en los círculos artísticos como pintor de retratos. La vuelta a Málaga la aprovecha para casarse con su querida Chini, tomando en estos momentos la decisión de presentarse a las oposiciones para catedrático de Bellas Artes en la que era director Frederic Marés. A partir de 1972 renuncia a su plaza y decide dedicarse por completo a la pintura. Su reconocimiento artístico no sólo se ha dejado traducir en España, sino también en el extranjero, destacando el encargo de obras tan importantes como el realizado por los miembros del Comité Ejecutivo Olímpico Internacional, el que designó a Barcelona sede de los Juegos del 92. Este cuadro es uno de sus mayores retos hasta ahora y se expone en el Museo Olímpico de Lausana. Conocido ante todo por su retratística ha plasmado a importantes personajes de la historia contemporánea, desde los Reyes de España a personajes de la nobleza. Revello de Toro es reconocido sobre todo por la exaltación que en sus pinceles hace de la figura femenina, una mujer mediterránea de rasgos definidos, de tez morena, cabellera muy larga, cuerpos que exaltan la juventud y la definición de sus curvas, en definitiva, podrían ser mujeres indolentes, atemporales, que sobreviven en mundos no reales, indefinidos, inmateriales, pero que a su vez se nos hacen cotidianas y contemporáneas al verse rodeadas de objetos habituales en nuestro quehacer diario, y que no restan ni un ápice de relevancia a las mismas, por ser ellas las verdaderas hechizadoras del lienzo. Podemos ver en ellas una perfecta evocación de la mujer malagueña; ya desde antiguo ésta tiene fama por su belleza, desde los viajeros románticos se reduce a la mujer andaluza en un claro arquetipo como Carmen la cigarrera, son mujeres descaradas, raciales, de soberbia belleza y herederas de un pasado que se remonta hasta Al-Andalus. Así las presenta el viajero romántico John Carr: “Las mujeres de Málaga son notables porque tienen el cabello negro o castaño muy abundante, ojos hermosos color de avellana, frentes menudas, facciones delicadas, labios rojos, pechos muy bonitos, una figura delgada y flexible, piernas bien formadas y pies pequeños”. En los lienzos de Revello hay una continuidad de este discurso aprehendida como arquetipo y que expone magistralmente: Desde sus modelos como María Rosa, que desde el cartel de la Feria de Málaga de 1988 pregonaba su identificación como otro hito más patrimonial de nuestra ciudad junto a la Farola y al Castillo de Gibralfaro, hasta los retratos de su mujer, Chini, pasando por la exaltación a la mantilla de la mujer andaluza sea modelo o virgen, como el magnífico retrato realizado a la Virgen de la Esperanza con mantilla blanca, en el que el rostro de patetismo contenido y dolor es mitigado por esa belleza realzada, majestuosa y sublime en el que se adivinan los rasgos de muchas de esas malagueñas que han hecho característico esta exaltación de la belleza. Otra de las importantes contribuciones a la exaltación de su ciudad es la vinculación que tiene con las cofradías, donde ha dejado numerosos ejemplos de su valía artística como los estandartes yua citados de la Hermandad de la Sentencia, para la Esperanza, Dolores del Puente, la Congregación de Mena o Calvario.
Cargos, premios y distinciones
Hijo Predilecto de la Provincia de Málaga. Diputación Provincial. Octubre 2001 |
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