Carlos Canal. Fotografía
"Hacia dentro"
Centro Cultural Provincial. Calle Ollerías, s/n. (Málaga). Del 19 de enero de 2001 al 23 de febrero de 2001

Cuéntame, cuéntate, cuéntanos Carlos Canal es un artista de la invitación, constantemente te invita a participar que es la mejor manera de sentirse vivo, participar en lo que sea, como sea y cuando sea, siempre es el momento siempre hay una manera. El vértigo no existe, solo acomodarse y disponerse. Esto es una fiesta. Solo tienes que decir sí y sentirte invitado. Y cuando dices sí, ya eres un artista de ti mismo. La única realidad es sentir, los sentimientos no se explican, se contagian, se aprenden, se comparten, se inspiran. Son universales. Son el mejor vehículo. Las fotografías de Carlos Canal despiertan sentimientos. Te hacen sugerencias, propuestas. Te hablan de las muchas formas de mirar. Te convierten en interlocutor. Te brindan esperanza. No tiene color, pero tienen calor, suavidad, cariño y corazón. Un espectáculo de generosidad, un juego constante de luz y oscuridad. Alimento para el alma que nos ayuda a ser. Una estela, ese temblor de la luna en el mar que todos llevamos dentro. Una invitación para gozar de sentirte el artista de tu vida.

Guadalupe G. Montosa

Del alma Desde hace unos años Carlos Canal lleva a cabo a través de la fotografía un viaje personal e íntimo que tiene a la luz y su búsqueda como referente. Así ha ido surgiendo "Hacia dentro", el conjunto de imágenes que ahora nos presnta, pequeñas iluminaciones con las que ahonda en un trabajo que pone en relación fotografía y vida. Se nos plantea aquí que, si bien la fotografía es una escritura realizada con, o mediante la luz, las imágenes que ahora se muestran serían puras escrituras de la luz: en ellas, las formas que nos llegan y vemos no son reflejo o referencia, sino creación surgida de la realidad existente en el preciso momento de la toma. Así el fotógrafo actuaría, apretando el botón, revelando las películas o presentando las imágenes ante sus espectadores, como traductor o trasnmisor, creador de señales indicativas: su mirada es interior, su palabra, silencio. El fotógrafo elabora una gramática al extraer esas señales de las relaciones generadas por las personas, objetos y lugares que rodean a la cámara, tanto enfrente como detrás del objetivo. A estas presencias forjadas por el espíritu compartido y ya común de los lugares, objetos y personas, pertenecen estas fotografías, y a los espectadores que enfrentados a ellas, las construirán dentro de sí. Estas imágenes generan fuerzas y tensiones entre nosotros, sus destinatarios, y las presencias que las generaron: el eco de aquella flor, el perfume de un mantra o un dikr... actúan como espejos en los que aprendemos a reconocernos, como ordenadores de nuestra respiración; no son arcanos a los que reverenciar, sino belleza a elegir o libertad a la que abrazar. Construyendo esas imágenes ordenamos y ponemos en relación las diferentes piezas del puzzle del que somos parte. ¿Y Canal? Canal, apartado, mira a levante: reconociendo los mundos escondidos en pequeños granos de arena, extiende ante nosotros plenitud, magia, soledad, tránsito...

J. D.

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