CINECLUB DEL 27. VIAJE DE IDA
(One way passage, EEUU, 1932). 
Ciclo La imagen de la Mujer en el Cine de los años 20 y 30.
Miércoles 28 de noviembre. 20:30h.
Salón de actos. Centro Cultural MVA.

Entrada gratuita hasta completar el aforo.

A pesar de haber firmado  algunos de los más notables títulos del Hollywood dorado, tanto en la aventura en los 30  (Mares de China) como el cine negro en los 40 (El cartero siempre llama dos veces) o el bélico en los 50 (Corea, hora cero),  no puede decirse que el director Tay Garnett sea muy recordado hoy en día.  Y, sin embargo, tuvo una amplia carrera como cineasta que abarca desde el cine mudo hasta las series de televisión como Bonanza o Los intocables, dirigiendo películas hasta dos años antes de su muerte, con los ochenta cumplidos. Nada mal para quien empezó como redactor de gags para el cine cómico añejo al verse obligado por un accidente a dejar la aviación naval. Un  profesional  todo terreno con más de ochenta títulos, notable solvencia en los géneros mencionados y aún en numerosas  comedias y melodramas. En este último género es responsable de títulos señeros como La señora Parkington o la que se proyecta hoy en el Cineclub del 27, Viaje de ida.
Viaje de ida, una de sus primeras películas, es un melodrama intenso con chispazos de humor y condensado en poco más de una hora que recoge todo el glamour de los primeros años del cine sonoro. Es también una cinta preCode, esto es, anterior a la entrada en vigor del Código de censura Hays que afectó a todas las realizaciones durante más de veinte años.  Por esta razón, presenta elementos que serían imposibles de ver en el cine que estaba por venir. Cuenta la historia de amor que se da en un paquebote en la travesía de Hongkong a San Francisco, entre un condenado que viaja custodiado a su ejecución y una joven millonaria enferma en su último viaje. Ambos ocultan su secreto, ignorando que el otro ya lo conoce.  William Powell y Kay Francis encarnan con encanto a la pareja protagonista. Un selecto grupo de personajes secundarios intentan buscar una solución a este romance sin esperanza. La cinta obtuvo el Oscar al Mejor Guión  en la ceremonia  de 1933. Se trata de una película de prolongado eco, de la que aún siguen filmándose versiones no confesadas e influyendo en otras.