El poeta madrileño Javier Lostalé presenta en el MVA (C/ Ollerías, 34) su último poemario, ‘Cielo’, un libro vinculado a su última etapa como escritor y que sigue a ‘Tormenta transparente’ y a ‘El pulso de las nubes’. Será mañana, miércoles, 9 de mayo, a las 20.30 horas, con entrada libre hasta completar aforo.

Javier Lostalé nació en Madrid en 1942 y, tras estudiar Derecho, su vida profesional ha transcurrido en Radio Nacional de España, donde ha presentado el programa cultural ‘El ojo crítico’ y codirigido el programa de poesía de Radio Tres ‘La estación azul’, en el que sigue colaborando. Se ha dedicado a la promoción de la lectura por todos los medios, incluyendo institutos y bibliotecas públicas. Por esta tarea fue galardonado en 1995 con el Premio Nacional al Fomento de la Lectura a través de los Medios de Comunicación. Pertenece a la Academia Castellano-Leonesa de la Poesía. Es colaborador y crítico de las revistas Mercurio y Turia.

Inició su andadura poética en 1971, cuando se publicó ‘Espejo del amor y de la muerte’, una antología prologada por Vicente Aleixandre y que reunía a poetas como Luis Antonio de Villena, Eduardo Calvo o Luis Alberto de Cuenca. En 2002, 31 años después, Calambur publicaba ‘La rosa inclinada’, una compilación de su poesía hasta ese momento, a la que se añadirían el libro de poemas en prosa ‘La estación azul’ y el decisivo ‘Tormenta transparente’, cuyo tema medular es el amor y que es, para algunos, la consumación de su obra. A este le siguió ‘El pulso de las nubes’. También es autor de una antología temática de Vicente Aleixandre, ‘Antología del mar y la noche’, y de una antología sobre la poesía cordobesa del siglo XXI titulada ‘Edad’ y publicada por la Fundación José Manuel Lara, responsable también de ‘Cielo’.

‘Cielo’ -donde las nubes tienen mucha presencia- está vinculado a ‘Tormenta transparente’, aunque la poesía se va haciendo cada vez más esencial y se va despojando de circunstancias vitales concretas. Aquí, Lostalé busca, a base de metáforas, lo esencial, lo absoluto y la presencia del vacío y la nada. Pero, a su vez, la nada es una nada de plenitud y el vacío es un vacío ocupado, lleno, que constituye el eje de ‘Pulso de las nubes’.