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Historia de Torremolinos

Diputación de Málaga
Casa de los Navajas, Torremolinos

Historia de Torremolinos

Torremolinos no aparece como núcleo poblacional en el conocido mapa del Marqués de la Ensenada hasta 1748, aunque se tiene constancia de que su fundación es muy anterior. De hecho, por sus costas pasaron los fenicios, los romanos y los árabes. El topónimo de Torremolinos parece ser que viene de que en él había 19 molinos, por lo que se empezó a conocer y llamar a la zona como "Los Molinos de la Torre".

La larga y movida historia de Torremolinos, desde los albores de la humanidad hasta lo que se dio por llamar el boom turístico, está lleno de cambios. De municipio independiente pasó a anexionarse a Málaga en 1924 para luego segregarse de la capital el 27 de Septiembre de 1988. Durante todos estos periodos esta localidad ha experimentado diferentes modificaciones en su fisonomía que, si bien en algunos aspectos no fueron todo lo positivo que se podía esperar, le han dotado de una personalidad propia y diferenciada.

Torremolinos, convertido en exponente del llamado turismo de sol y playa, es una ciudad llena de rincones ocultos, con casas y edificios realizados por la desbordada imaginación de artistas y creadores que decidieron integrarse en ella.

Obviamente la principal fuente de riqueza de Torremolinos es el turismo. Y es que en este municipio se vive de día y de noche de cara a él. Sus calles son un auténtico centro comercial por el que transitan numerosos extranjeros, sobre todo ingleses, alemanes y nórdicos. La calle San Miguel, peatonal, es uno de sus principales atractivos con comercios por todos sus rincones. Pero hay calles que también presentan el aspecto más tradicional. Basta con acercarse al barrio de El Calvario, en la parte más alta del pueblo, o visitando La Carihuela, donde no se ha olvidado la tradición marinera.

El municipio cuenta con siete kilómetros de litoral en el que se ubican la gran mayoría de hoteles, restaurantes y chiringuitos. Las playas más carismáticas son la de El Lido, El Bajondillo, El Saltillo y, sin lugar a duda por su ya merecida fama en la preparación del "pescaito frito", La Carihuela.

Pero también hay lugar para las leyendas, como la que cuentan sobre Sir George Lagworthy, llamado Don Jorge por los lugareños. Llegó, como tantos otros, para pasar las vacaciones, allá por finales del siglo diecinueve. Y decidió instalarse. Compró junto a su mujer la hacienda Santa Clara, lugar donde recibía a sus compatriotas. Tras la muerte de su esposa y la Primera Guerra Mundial convirtió su hogar en un albergue para los más necesitados volcándose tanto en esta actividad que llegó a arruinarse. Siempre fue querido y atendido por los torremolinenses; y de él siempre se ha dicho que fue el que puso la semilla del actual turismo.

La mejor forma de contemplar la cara más popular de Torremolinos es acercándose a ver sus festejos. A mediados de julio, se homenajea a su patrona, la Virgen del Carmen, vistiéndose de gala La Carihuela para tan importante ocasión. Y a finales de septiembre, el patrón, San Miguel, con su Feria, casetas, flamenco y romería en el pinar de Los Manantiales. Son todas ellas ferias abiertas al visitante... aunque la condición de anfitriones han propiciado la celebración de dos días especiales: el "Día del Turista", que es el primer jueves de septiembre, y el "Día del Pescaíto" que se celebra en la primera quincena de octubre. Es el homenaje de un pueblo a sus huéspedes.