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Historia de Sayalonga

Diputación de Málaga
Fuente del Níspero, Sayalonga. Axarquía

Historia de Sayalonga

Desde el punto de vista histórico, el origen de este municipio es confuso, aunque su fundación se atribuye a los árabes, ya que no se han encontrado restos de otros pueblos que lo precedieran. Lo que sí parece más claro es la etimología latina del nombre: Saya-Longa, que significa "túnica larga".

Al oeste de la villa encontramos el cerro de la Rábita de Sayalonga y cerca de ella, el asentamiento de Batahis (Batarxis), actualmente despoblado. La Rábita era un santuario o convento de monjes guerreros que debieron introducir los árabes a partir del siglo undécimo y desde el cual mantenían defendida la comarca. El núcleo de Batahis tuvo su origen a comienzos del siglo catorce, según narra el poeta Alí Ibn Ahmd Ibn Muhammad Al-Hasní, compositor famoso por sus historias de la ciudad de la Santa Meca y de los gobernantes de la Málaga musulmana. Parece ser que este poeta nació ahí.

Cuando los Reyes Católicos toman Vélez-Málaga, la rendición de Sayalonga sigue el ejemplo de los demás pueblos de la comarca. Al poco tiempo, el municipio de Sayalonga es relegado a un segundo plano, por lo que sus habitantes se unen a la rebelión de los moriscos, sufriendo posteriormente la expulsión por parte de los cristianos. La batalla de Frigiliana en 1569 parece ser la fecha decisiva de la derrota de sus vecinos. De esa época, data el nombre de la Loma de Matamoros, que existe en el camino de la Rábita, así como las tumbas de moriscos halladas en los alrededores.

Felipe Segundo promulgó en 1571 una real cédula por la que se confiscan todos los bienes de los moriscos para su posterior entrega a los cristianos viejos llegados a la zona desde diversos puntos de España. Estos nuevos pobladores mantuvieron la típica agricultura de bancales la cual aún se practica en Sayalonga.

El trazado urbano es, como no podía ser de otra manera, el típico árabe, de estrechas calles y casas blancas. Recorriendo el pueblo encontraremos la iglesia de Santa Catalina, del siglo dieciséis y, sobre todo, el curioso cementerio circular. El núcleo poblacional más grande, a parte del propio Sayalonga, es Corumbela si bien es cierto que hay numerosas cortijadas diseminadas por todo el término municipal donde cada vez habitan más extranjeros.

Las circunstancias geográficas de Sayalonga son las que han determinado su propia existencia: de un lado La Rábita, que es una montaña de roca dura y pizarrosa sobre la que se asienta el pueblo; y de otra, el río Céjula, esencial para la fertilidad hortelana. El nombre de este río ha causado alguna que otra vez enemistad entre el propio Sayalonga y su vecino Algarrobo, hasta el punto que cada uno de ellos reconoce al río con el nombre de su municipio. La agricultura es la propia mediterránea: olivos, almendros y viñedos, siendo los principales sustentos de la economía local. De todos modos, este clima mediterráneo ha permitido reorientar la actividad agrícola hacia frutos de origen tropical, como los nísperos, la chirimoya, el aguacate, los caquis, el mango...siendo cada vez más importante su producción y yendo, paulatinamente, desplazando a los olivos y a los viñedos.