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Historia de Salares

Diputación de Málaga
Detalle decoración alminar, Salares. Axarquía

Historia de Salares

El origen del nombre de "Salares" es latino, concretamente de "Salaria Bastitanorum", pues según parece ser que existió un yacimiento de sal en sus alrededores.

Sin embargo, la distribución del núcleo poblacional es de clara herencia árabe. Éstos construyeron una pequeña fortaleza en el mismo casco urbano, de la que queda uno de sus torreones, cerca de la iglesia, en la "casa llamada del torreón".

El desarrollo de la historia de Salares es semejante al de los demás pueblos de la Axarquía. Tomada por los cristianos, los árabes fueron objeto de numerosas vejaciones por lo que se sublevaron junto a los moriscos de otras localidades para acabar siendo expulsados a finales del siglo dieciséis (1571) y pasar al sometimiento del marquesado de Comares. En aquella época Salares contaba con una población de apenas 548 personas que, por dichas circunstancias, abandonaron las típicas actividades artesanales, como la elaboración de la seda, para centrarse en la agricultura.

A finales del siglo diecinueve Salares, como toda la zona, experimentó un fuerte terremoto, que si bien no provocó víctimas mortales, su casco histórico e inmuebles sí que resultaron dañados, teniendo que ser reconstruida con la ayuda del gobierno.

El nombre de Salares tiene una repercusión actual que muy pocos vecinos imaginan. Y es que Antonio Salares, pintor e ilustre vecino que emigró a Francia, expone con frecuencia, en la Maison Pour Tors "Le Colombier" de París, sus obras. De estilo peculiar con un realismo mágico muy abstracto deja entrever en sus lienzos luces y sensaciones de su pueblo. Esto supone una "promoción gratuita" para este bello pueblo.

En el casco urbano del municipio observaremos una sucesión de azulejos que, representando distintos momentos del Via Crucis, nos marcan el recorrido a realizar. La iglesia es el centro del vecindario y, en cierto modo y como antes decíamos, parte de su historia. La torre-campanario, habilitada aprovechando el alminar de la antigua mezquita, fue declarada Monumento Nacional en 1979. Los paños de sebka de su superficie exterior sólo tienen parangón con los de la Giralda de Sevilla. Esta torre preside la parroquia mudéjar de Santa Ana y muy cerca está la casa torreón a la que hacíamos referencia.

Actualmente la economía local sigue siendo agraria, con vides, olivares, naranjos, almendros y algunos productos hortícolas, aunque también es importante el trabajo en la construcción que los habitantes realizan en los pueblos del entorno. Como curiosidad, y por el éxodo poblacional y asilvestramiento del contorno, comentar que, desde 1990, han aparecido manadas de jabalíes por los pagos serranos que ofrecen una oportunidad, cuando se abre la veda, para la práctica de la caza. También, y para aprovechar ese asilvestramiento, se han establecido algunos circuitos por la sierra, para realizar a lomos de burros, y para deleite del turista que quiera disfrutar más de cerca de la Naturaleza con que el municipio cuenta.