Declarada de Interés Turístico por la Diputación Provincial de Málaga.

Antes de visitar esta Fiesta Singular consulte la fecha con el Ayuntamiento o con la Oficina Municipal de Turismo de la localidad

No existe viajero que pueda permanecer impasible ante la primera vista de este enclave. Rodeado de Montañas pobladas de bosques, se alza sobre un cerro desafiante al paso de la historia, El Burgo. Este municipio, situado en La Sierra de las Nieves, y a menos de una hora en coche desde Málaga, es el lugar idóneo para los amantes de la naturaleza y la tranquilidad. Su río, el Turón, de aguas cristalinas, montes con espesos bosques de encinas, pinsapos y pinos, calles anchas y rectas, amplias plazas ajardinadas, olivares, campos de cereales, huertas, gastronomía, artesanía y fiestas son las cartas de presentación de este pueblo, que por su emplazamiento estratégico ha sido habitado desde los constructores de hachas líticas hasta hoy, pasando por celtas, cartaginenses, romanos, visigodos y árabes.

Este situación estratégica ha marcado su existencia, siendo morada de clanes familiares de la época, pero hoy en día la única ocupación posible es la de pasear entre una naturaleza privilegiada, visitar sus calles fruto de la mezcla árabe y cristiana, y asistir a las numerosas citas populares que tienen lugar durante el año. Una de estas citas es el 28 de febrero, coincidiendo con el día de Andalucía, celebrando su fiesta dedicada a la sopa de los siete ramales, un plato emblemático en el pueblo. Su curiosa denominación responde a los ingredientes principales con los que se elabora: Tomate, pimiento, cebolla, ajo, pan, hierbabuena y espárrago triguero. Su elaboración es similar a la de otras sopas tradicionales, como la perota de Álora, la del caldo poncima de Alozaina o la tolita de Tolox, si bien ésta tiene ese toque diferente que le dan los habitantes de este pueblo serrano. A mediodía estarán listas las miles de raciones con las que El Burgo obsequiará a los habitantes y a sus propios vecinos. Se elaboran como antaño, en los hornillos, como manda la tradición