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Plaza de Toros de Ronda

Diputación de Málaga
Plaza de Toros. Real Maestranza de Caballería de Ronda

Plaza de Toros de Ronda

C/ Virgen de la Paz, s/n
CP 29400
Monumentos y arte > Edificación notable

La Plaza de Toros de Ronda, por su historia, por su arquitectura, por su carácter y por su belleza está reconocida como una de las más antiguas de España y una de las más monumentales que existen.

Y es que no es por casualidad que Ronda se considere como una de las cunas de la tauromaquia moderna, surgida en el siglo dieciocho, en una ciudad donde se conservaba muy viva la tradición de la caballería al existir una corporación dedicada a que no se perdiera el arte ecuestre. Las necesidades de defensa del territorio hicieron que Felipe Segundo fundase en 1572 la Real Maestranza de Caballería de Ronda, para que se mantuviese el necesario manejo de los caballos. Para ello este cuerpo dedicó un espacio de la ciudad para los ejercicios ecuestres entre los cuales, como es tradicional en España desde la Edad Media, se incluyeron los juegos de destreza con toros.

Cuando en el siglo dieciocho los toreros a pie toman el relevo de los caballeros en los juegos con el toro, surge en Ronda la familia de los Romero, que durante tres generaciones reúne a los toreros más singulares de la época. Entre ellos destacó, sobre todos, Don Pedro Romero (de 1754 a 1839), figura cumbre y la más representativa de la tauromaquia. Se retiró después de estoquear más de 5.000 toros sin recibir el más mínimo rasguño. Su personalidad consiguió que su oficio alcanzara dignidad social y respeto al reunir valor, destreza y sentido estético.

El auge del toreo llevó a la Real Maestranza de Caballería de Ronda a erigir su famosa plaza, obra que se atribuye a Don José Martín de Aldehuela, el mismo arquitecto del grandioso Puente Nuevo sobre el Tajo de Ronda.

La construcción duró seis años y fue inaugurada en 1785 con una corrida de toros en la que actuaron Pedro Romero y Pepe Illo. Concebida en piedra arenisca con un esquema monumental, la nobleza de su traza arquitectónica, con su doble galería de arcadas y la ausencia de tendidos al descubierto, le confiere un espíritu más de claustro que de recinto para espectáculos taurinos, recordando al patio circular del famoso Palacio de Carlos Quinto en la Alhambra de Granada. Su ruedo, de 66 metros de diámetro, está circundado por un callejón formado por dos anillos de piedra. Los tendidos tienen cinco filas de gradas de dos pisos, con 136 columnas formando 68 arcos de columnas toscanas, salvo las del Palco Real. Éste cuenta con columnas estriadas y decoración vegetal en las enjutas y friso decorado con rosetas. El palco principal se sitúa sobre el chiquero, antes en línea con la fachada principal, pero este eje quedó roto con el traslado de esta portada a la calle San Carlos, hoy virgen de la Paz.

La cubierta de la plaza está formada por un tejado a dos aguas de teja árabe y la elegancia de su interior no tiene parangón en ninguna otra plaza de toros.

En el siglo veinte, una segunda dinastía de toreros rondeños, los Ordóñez, constituye otra aportación de Ronda a la historia de la Tauromaquia. Cayetano Ordóñez y su hijo Antonio Ordóñez despertaron, por su manera de concebir el toreo, el interés de personajes tan ilustres como Orson Wells y Ernest Hemingway.

Fue precisamente Antonio Ordóñez quien, en 1954, creó la mundialmente conocida corrida goyesca, donde el exorno y la vestimenta nos trasladan a la época del genial pintor Francisco de Goya y Lucientes.

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