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Ruta 06. Río de las Zúas. La fábrica de hojalata (Itinerarios fluviales). Variante A

Diputación de Málaga
Nacimiento del río de las Zúas. Itinerarios por los paisajes fluviales de Málaga

Ruta 06. Río de las Zúas. La fábrica de hojalata (Itinerarios fluviales). Variante A

Rutas A pie Fluvial
Dificultad - Media
Acceso -

El inicio de ruta lo hallamos en Júzcar, población de la Serranía de Ronda situada en una de las cabeceras del río Genal. A Júzcar se puede llegar por dos carreteras, la primera y principal es la A-397 (Ronda-San Pedro), tomando un desvío (MA-7306) entre los puntos kilométricos 11 y 12 indicado a Parauta, Cartajima y Júzcar. La otra opción se deriva de la A-369 (Ronda-Gaucín) entre los kilómetros 8 y 9, con indicaciones a  Alpandeire, Faraján y Júzcar (MA-7307). Una vez en el casco urbano buscamos la plaza donde se eleva la iglesia de Santa Catalina y seguimos hasta el punto más bajo de la calle San José, lugar donde tiene su inicio el camino de las Alcoberías.

Duración - 0:40 horas
Longitud - 1500 Km
Rutas

Desde el mirador de San José parte hacia el sur el camino de las Alcoberías, entre encinas (Quercus ilex), quejigos, nogales (Juglans regia), almecinos (Celtis australis), zarzas (Rubus ulmifolius), endrinos (Prunus spinosa), saucos (Sambucus nigra) y zumaques (Rhus Coriaria), siempre con el rumor del recién nacido río de las Zúas, fielmente defendido por una tupida maraña vegetal. Pasamos junto a la alargada casa de José “Pozá” y 150 m después tomamos una bifurcación en bajada a la derecha, hasta cruzar el río de las Zúas por el puente de la Tenería, topónimo que alude a una antigua curtiduría situada junto al curso fluvial.

El siguiente tramo sube entre castaños hasta confluir con la pista que desciende al camping de Moclón y en esa dirección continuamos. Se abren ahora nuevas panorámicas y vislumbramos al sur las lomas del Jardón cubiertas de pinos de Monterrey (Pinus radiata); en tanto, por el este, oteamos algunas casas de Pujerra. A medida que nos acercamos al fondo del valle iremos descubriendo junto a unas vegas cultivadas de vides, algunos de los más notables edificios (restaurados) de la fábrica de hojalata, como la capilla, los altos hornos y la blanquería. Un cartel informativo en un margen del carril, nos da pistas sobre la actividad industrial de antaño. Finalmente, tras obviar un ramal en una marcada curva, llegamos al puente hormigonado del río Genal, a cuya vera se esparce la Vega Larga, sombreada por una tupida chopera.

 

VARIANTE A

Avanzamos entre el río y la valla delimitadora del camping Moclón, aguas arriba, hasta donde las circunstancias nos lo permitan. Más pronto que tarde utilizaremos el propio cauce a modo de sendero acuático, toda una experiencia para quien no lo haya probado y diversión asegurada para los más jóvenes, ya que el río no llega a cubrir en ningún tramo, excepto en la zúa del Charco Verde (no se construye todos los años) o en alguna hondonada.

En un ecosistema tan característico como este, la observación de insectos resulta un entretenimiento sumamente atractivo gracias a la variedad y cantidad de especies que por aquí merodean, caso de las libélulas y algunas mariposas como la náyade (Celastrina argiolus), asociada a la zarzamora, o la  maculada (Pararge ageria).

Pero otros horizontes, los que asoman tras el bosque en galería, aguardan algunos de los edificios del entramado industrial de la fábrica de hojalata, los principales el taller de laminación y la capilla. Con mejor perspectiva y a lo largo de la ribera permanece impávido el canal superior, casi mimetizado por musgos, líquenes y enredaderas. Igualmente, poco antes de la unión de ambos cursos, detectable por el mayor caudal del afluente sobre el Genal, descubriremos uno de los muros de la presa de alimentación. Finalmente, remontamos el río de las Zúas hasta llegar a las primeras cascadas de la Sima del Diablo. Hemos recorrido un total de 1,5 km de ida.

Flora

Desde el mirador de San José parte hacia el sur el camino de las Alcoberías, entre encinas (Quercus ilex), quejigos, nogales (Juglans regia), almecinos (Celtis australis), zarzas (Rubus ulmifolius), endrinos (Prunus spinosa), saucos (Sambucus nigra) y zumaques (Rhus Coriaria), siempre con el rumor del recién nacido río de las Zúas, fielmente defendido por una tupida maraña vegetal.

Más adelante, el curso del río Zúas se ve amparado por una importante maraña vegetal de sauces (Salix spp.), chopos (Populus nigra) e higueras (Ficus carica) tapizadas de enredaderas. En las laderas son frecuentes los quejigos (Quercus faginea), alcornoques (Quercus suber) y castaños (Castanea sativa).

Fauna

En el ecosistema del río Zúa, la observación de insectos resulta un entretenimiento sumamente atractivo gracias a la variedad y cantidad de especies que por aquí merodean, caso de las libélulas y algunas mariposas como la náyade (Celastrina argiolus), asociada a la zarzamora, o la  maculada (Pararge ageria).