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Ruta 03. Río Grande. La surgencia de Zarzalones (Itinerarios fluviales). Variante A

Diputación de Málaga
Descenso deportivo del barranco de Zarzalones. Itinerarios por los paisajes fluviales de Málaga

Ruta 03. Río Grande. La surgencia de Zarzalones (Itinerarios fluviales). Variante A

Rutas A pie Fluvial
Dificultad - Alta
Acceso -

Comienza y acaba la ruta en Yunquera, bonito pueblo de la Sierra de las Nieves ubicado junto a la carretera A-366 (Ronda-Málaga) y a los pies de su hermoso bosque de pinsapos. Para llegar al inicio del recorrido hemos de transitar por la calle Calvario, la principal del pueblo. Al final de la misma hallamos la famosa fuente del Poyo, donde podremos llenar la cantimplora. Desde aquí bajamos por calle Agua, que ya presagia cuán importante es este recurso en el territorio, hasta dejar las últimas casas en favor del carril que desciende a Río Grande.

Duración - 0:40 horas
Longitud - 900 Km
Rutas

Situados al final de la calle Agua encontramos el edifico que albergó el molino de la Cantera, conocido por todos como de los Patos. Estuvo destinado a la molienda de trigo y conserva, además de un doble socaz, un espléndido acueducto de piedra con dos arcos de medio punto bajo uno de los cuales, hemos de pasar. Ante nosotros se extiende un paisaje agrario sobresaliente dominado por una laberíntica red de acequias y bancales dispuestos en ambas orillas del arroyo del Plano, donde se cultiva en los llamados aquí tablones: maíz, patata y otras hortalizas; también prosperan los naranjos, aunque van siendo sustituidos por aguacates. Sin dejar de descender, avanzamos junto al arroyo del Plano y dejamos a la izquierda la pista que nos servirá para el regreso. Pronto alcanzamos el puerto del Castaño, una importante encrucijada de caminos. Optamos por el segundo ramal a la derecha, el cual nos lleva en fuerte descenso, por una intrusión de peridotitas, hasta la fábrica de luz San Pascual, situada en un ramal secundario, antes de vadear de Río Grande. Al igual que otras obras similares de principios del siglo XX, la de esta central nos ofrece detalles decorativos de buen gusto, con jardines exteriores, pajarera y bancos de piedra que incitan al descanso.

Rodeamos el edificio por la parte trasera y accedemos al “Guichi” (es el nombre castellanizado de la marca de un sistema rotor usado en la construcción del complejo hidroeléctrico), una empinadísima escalera de servicio que remonta en paralelo la tubería que deja caer el agua de la zúa a la central. Justo por detrás también discurre el aliviadero, espectacular cuando desagua por una caída casi vertical de 70 m. Una vez arriba, un desmembrado bloque de piedras que remonta hacia arriba resulta ser el basamento de un rail por el que se transportaban los materiales para la construcción del complejo. Ahora rodeamos la zúa por la parte alta y accedemos a un carril que tomamos a la derecha. 200 m más arriba, desde una marcada curva, enfilamos a la izquierda un erosionado sendero entre olivos y majanos frecuentados por la lagartija colirroja (Acanthodactylus erythrurus). En lontananza descubrimos una cerrada rodeada de pequeños bancales en altura y pinares cubriendo las laderas más elevadas. El rumor del recién nacido Río Grande se hace notar y envuelve sus predios de verdor y humedad. Una escalerilla nos asoma al azud de derivación situado justamente delante de la cueva, arropada por higueras (Ficus carica), sauces, adelfas y lentiscos (Pistacea lentiscus). Cruzamos la corona de la presa y una acequia a la derecha nos acerca, ahora sí, a la cueva de Zarzalones, por donde mana el agua emergida desde un sifón.

Desde aquí regresamos al punto de inflexión reseñado en la ida. Avanzamos a la derecha, cruzando por un puentecillo el arroyo del Plano. El camino no alberga dudas, ya que el piso está asfaltado hasta el pueblo. Nos dirigimos hacia la estación depuradora, siempre con unas maravillosas panorámicas de Yunquera y de la esbelta torre de la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, colgadas al valle sobre un dique travertínico que deja entrever en los cortados algunas cuevas usadas como aprisco para el ganado. Tras situarnos bajo las primeras casas del casco urbano, buscamos a la izquierda la calle Jandaque, la cual conecta con la inicial del recorrido.

 

VARIANTE A

Desde las instalaciones de la fábrica de luz San Pascual descendemos al río por donde mejor veamos. Remontamos el cauce por el propio lecho, con cuidado de no resbalar al pisar las rocas mojadas, quizás vigilados por la grácil lavandera cascadeña (Motacilla cinérea). El trayecto es corto, pero intenso. Casi a mitad de recorrido observaremos como el agua que rezuma de una canalización perfila un muro de travertinos y tobas envueltas en musgos y diferentes plantas trepadoras; tampoco faltan las estilizadas colas de caballo (Equisetum arvense). Poco tiempo después accedemos a la poza Macías, un lugar idílico donde se desparrama el agua por una cascada con varias acanaladuras. Antaño fue lugar de baño para las gentes de Yunquera, pero la proliferación de piscinas y la moda de la playa han mermado las visitas, y ahora es imposible acceder a su orilla debido a la vegetación que la envuelve. El tramo tiene una distancia ida y vuelta de 900 m.

Flora

A partir del nacimiento discurre encajado entre cultivos abancalados y un angosto cañón calizo con preciosas cascadas. Este pasaje agreste del río, que acaba en las proximidades de la central eléctrica de San Pascual, se conoce como cañón de Zarzalones.

En lo que sigue, Río Grande se constriñe entre empinadas laderas esquistosas cubiertas de olivos (Olea europaea), almendros (Prunus dulcis) y pinos (Pinus halepensis); en tanto, en las riberas prospera un cerrado bosque en galería formado por sauces (Salix eleagnos), álamos (Populus alba), tarajes (Tamarix africana), cañas (Arundo donax), adelfas (Nerium oleander) y numerosas matas del género Carex. Finalmente, al unirse con el río de Tolox, llamado Almozara en ese trecho final, conforma un amplio valle aluvial contorneado de arcillas y areniscas, con importantes vegas dedicadas al cultivo de cítricos.

Fauna

INSECTOS

Tanto el curso fluvial de Río Grande como las diferentes presas, zúas y acequias que hallaremos en la excursión, son hábitats de singular importancia para la fauna, especialmente para la de insectos asociados al medio acuático. Según los últimos estudios (Herrera Grao, Tony - Blanco Garrido, Francisco), se han detectado hasta 22 especies de odonatos, entre ellos Oxygastra curtisii, considerada en Peligro de Extinción en el Libro Rojo de Invertebrados de Andalucía. Otra especie singular, procedente de África, es Trithemis kirbyi, la cual se ha adaptado perfectamente a nuestros ecosistemas fluviales. Además, al catálogo hay que sumar otras libélulas poco frecuentes en Andalucía como Ischnura elegans y Sympetrum sinaiticum.