El castañar es una formación forestal de considerable importancia ecológica, cultural y económica para la Serranía de Ronda. Sus valores son indiscutibles desde el punto de vista paisajístico, como soporte de numerosos oficios y tradiciones, como producto agroalimentario y, cuando los castañares pintan de amarillos y ocres el paisaje, como atracción para un turismo que gusta disfrutar del placer de los sentidos y del contacto con la naturaleza. Afortunadamente quedan lejos los tiempos en que la castaña distraía el hambre y se la conocía como “pan de los pobres”.

En invierno el Valle, desnudo de hojas, se llena de pequeñas columnas humo. Es la quema de los restos de la poda anual, dejando el castañar dormido. Tras las lluvias de la primavera, los árboles reverdecen y el castañar adquiere el tono verde brillante de las hojas nuevas. En junio las tramas (flores) recubren las ramas y, al calor del verano, engrosan formando los erizos o las cápsulas que protegen las castañas.

El verano deja paso al otoño, y en octubre los erizos caen del árbol y eclosionan mostrando sus frutos. Entonces las manos expertas de toda la familia, en especial las mujeres, liberan las castañas protegiéndose de sus púas. Para los hombres quedan las tareas de transporte y comercialización.

El fin de la recogida de castañas, en noviembre, da paso a los tradicionales “tostones” donde se asan castañas acompañándolas con anís, aguardientes y licores autóctonos. Fiestas que congregan a vecinos y no pocos visitantes alrededor de este importante fruto para la Serranía de Ronda.

En la actualidad existen cerca de 4.000 hectáreas de castañar en todo el Valle del Genal, ocupando las laderas de suelos ácidos orientadas al norte donde se conserva la humedad. La productividad media es elevada, 1.000 kg/ha. Sólo un 10% de las plantaciones no superan los 500 kg/ha y algo más del 2% sobrepasan los 3.000 kg/ha. La temporada adelantada con respecto al resto de Europa permite obtener buenos precios de venta al inicio de la campaña (octubre), precios que descienden rápidamente al incorporarse al mercado otras zonas productoras.

Por todo ello, el castañar supone una actividad económica de primer orden así como una renta complementaria importante para las familias del Valle. Es fácil degustar platos cocinados con castañas en los numerosos restaurantes de la Serranía de Ronda, así como comprar castañas crudas, en temporada, o en conserva a lo largo de todo el año.

En el Museo de la Castaña de Pujerra, podréis conocer muchas más curiosidades acerca de este sabroso producto.

Para admirar este impresionante paisaje, el Plan de Dinamización del Producto Turístico Serranía de Ronda ha financiado la construcción de un mirador natural.