Especie exclusivamente rupícola y ligada a la existencia de paredes rocosas extensas y verticales, con escasa vegetación y casi siempre calizas. Es un ave exclusiva de las zonas altas de las principales cordilleras europeas y en la península Ibérica su población reproductora se limita a las cumbres de Picos de Europa y del Pirineo.

Ave invernante en la provincia. Se reproduce en mayo. Nido en grietas o huecos de la pared vertical. Una puesta de 3 a 5 huevos. Insectívoro. Se alimenta de pequeños insectos que captura exclusivamente entre las grietas de las rocas, con preferencia por las arañas. Se mueve con extraordinaria soltura por las paredes rocosas, que explora meticulosamente en busca de los pequeños invertebrados, desplazándose de un punto a otro de la pared con vuelos cortos. Efectúa movimientos altitudinales o pequeñas migraciones desde sus núcleos de reproducción, raramente a más de 1.000 kilómetros de distancia, motivo por el que se puede observar en la provincia.

Especie rara o poco frecuente en Málaga. Se observa repetidamente aunque de forma irregular en Sierra Tejeda y en el Desfiladero de los Gaitanes, en las sierras de El Chorro.

Los treparriscos han sido citado también en ambientes humanos como viejas iglesias de piedra o paredes de presas, desenvolviéndose en ellas de la misma forma que en acantilados naturales. Una pareja llegó a pasar el invierno en un edificio de la Universidad de Amsterdam. En la cultura china esta ave se conoce como “flor de roca” debido a lo vistoso de su plumaje y comportamiento y el medio en que suele habitar. En España su nombre vernáculo es “pájaro arañero” debido a su alimento preferido.