Diputación Provincial de Málaga. Area de Cultura y Educación. Calle Ollerías, s/n. 29012 Málaga. España

Colección "La sombra del barco"
1 - La Generación del 27.
Una generación deportiva

Centro Cultural de la Generción del 27
Número uno. Málaga 2003

Edición y prólogo: José Antonio Mesa Toré y Alfonso Sánchez.
Volumen compuesto e impreso en tipografía sobre cartulina y papel verjurado con caracteres Bodonis y Elzavirianos, terminándose de tirar en la primavara de 2003 bajo la atención y cuidado de Francisco Cumpián.
Dirige la colección: José Antonio Mesa Toré.

Los deportistas del 27
Aun sin haber leído todos a Rimbaud, hubo un tiempo hoy ya mítico en el que nuestros abuelos tomaron la acertada decisión de ser absolutamente modernos. Digamos que su gesto fue un gesto democrático, aunque tuviera mucho de elitista en sus comienzos. Parte de la avanzadilla cultural de aquel entonces fue por los años de su primera juventud no lo olvidemos: los felices veinte precursora de unos hábitos que tal vez en su día resultasen llamativos o excéntricos, pero que el futuro se encargaría de socializar. A algunos de ellos, artistas y escritores, la Historia acabaría llamándolos “Generación del 27”: un puñado de jóvenes que se harían muchísimas fotos y que se enamoraría perdidamente de los mil deportes que en su tiempo se pusieron de moda. Ellos nacieron respetémoslos, sí con el cine; pero el jazz, el dancing, la pasión por los automóviles, el afán por los viajes y la práctica de los deportes serían también algunas de las constantes de la modernidad que reflejan sus trayectorias vitales y sus obras respectivas. Queda para la Historia una serie de imágenes y de recuerdos que da testimonio de la afición que los artistas y escritores del 27 sintieron por los deportes. A ella pertenecen ésa de Pedro Salinas, remero en el mar de Torrevieja; o la de Luis Buñuel, boxeador en la Residencia de Estudiantes; o la de Concha Méndez, que fue campeona de natación, esquiadora en la Sierra de Guadarrama; o la de José María Hinojosa, también aficionado al golf y al tiro al plato, de tensita en los Baños del Carmen, junto a Carlos Benítez. El Dalí soldado en Figueras contaba en una carta a Lorca que boxeaba y practicaba el atletismo en las instalaciones del cuartel; de Rafael Porlán se sabe que practicó el ciclismo y que jugó de medio izquierda en el Hispalis FC; Josefina de la Torre dejó escrito en la “Antología” de Gerardo Diego que jugaba al tenis, conducía su auto y que se dedicaba sobre todo a la natación: García Lorca, al igual que Dalí, nos dejó una imagen en la que posa vestido con jersey de tensita, y en una nota autobiográfica escrita en 1930 confiesa irónicamente sin duda que jugaba al tenis, aunque fuera tan aburrido como el billar... Ahora bien, lo que hoy tal vez posea más valor es el puñado de poemas de tema deportivo que nos legó la Generación del 27. Cabe destacar de entre ellos el que Alberti compuso para exaltar la hazaña del guardameta Platko. Tampoco deben olvidarse el de Jorge Guillén a unas jóvenes nadadoras de Wellesley College; o los de Enrique Díez-Canedo, Ignacio Agustí y Antonio Collantes de Terán a sendas jugadoras de tenis; o el de Juan Sierra a una conductora de auto; o el de Vicente Aleixandre a un amigo patinador; o los muchos que Gerardo Diego dedicó al fútbol, a las regatas y a otros deportes; o en fin, los de Villalón, Hinojosa, Pérez Ferrero, González-Ruano, Souvirón, Hernández, Muñoz Rojas, Méndez y otros. Con un tono general entre lúdico y vitalista, muchos de ellos recuerdan una época en verdad irrepetible.
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