Jorge Guillén
"Mis memorias y mi poesía"
Centro Cultrual Provincial. Del 26 de junio de 2001 al 14 de septiembre de 2001 Málaga.
Horario: Lunes a sábado, de 11 a 14 y de 17 a 20 horas
JORGE GUILLEN
Jorge Guillén es ya, lo fue en un principio, un poeta clásico, no sólo por la factura limpia de sus poemas, sino porque, como los poetas latinos, situó el ras de su existencia en el horizonte de los versos.
“Mi labor, mi ambición son en resumen:
identidad personal en conjunto
Coherente de obra: poesía.”
En sus últimos días en Málaga, a los que corresponden estas líneas, recordaba con frecuencia a su ciudad natal de Valladolid como parte sustantiva de su vida y de su obra: “Soy lo que fui bajo la luz primera”.
Aunar esfuerzos
Esa luz de Valladolid la reconocía Guillén a veces en sus mañanas americanas, en Cambridge, junto a Harvard y Wellesley. Allí, donde escribe la mayor parte de su poesía, echa de menos, ante todo, su idioma: “Mucho me duele que no viva / Mi lenguaje a mi alrededor”. Pero lo vivido alienta los nombres del poeta:
Villa por villa en el mundo
Cuando los años felices
Brotaban de mis raíces:
Tú, Valladolid profundo.
A la vuelta de Jorge Guillén a España, Valladolid y Málaga le acogen y rodean de celebraciones. Por eso, es una gran satisfacción para mi que ambas ciudades hayan aunado sus esfuerzos para hacer posible este homenaje que el Círculo de Bellas Artes ha querido tributarle al poeta de la Generación del 27 que hace 25 años recibiera el I Premio Cervantes. Más allá de las efemérides, esta exposición de Jorge Guillén contribuirá a prolongar y esparcir las palabras de su vida.
Francisco Javier León de la Riva.
Alcalde de Valladolid y Presidente de la Fundación Jorge Guillén
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Web de la Fundación Jorge Guillén
Frente al mar que tanto amó
La Diputación Provincial de Málaga se siente legítimamente orgullosa de participar en esta magna exposición sobre Jorge Guillén. En cierto modo se trataba de una obligación que no debíamos eludir, pero desde esta institución la hemos asumido con sumo gusto ya que somos plenamente conscientes de la impagable deuda cultural que esta ciudad tiene con el poeta.
Es sabido que, al igual que otros muchos intelectuales, la guerra civil obligó a Jorge Guillén a desterrarse, marchando primero a Francia y posteriormente a América, donde desarrolló su carrera profesional en numerosas universidades y colleges norteamericanos, así como de otros países del continente. A diferencia de otros exiliados, Guillén no salió de España hasta julio de 11938, pues, tras ser detenido en Pamplona nada más iniciarse la sublevación, consiguió su liberación y regresó a su cátedra en la Universidad de Sevilla. Pero el ambiente hostil y asfixiante en el que una personalidad librepensadora como la suya debía desenvolverse no le dejó otra salida que la del destierro. Volvería años después, en 1949, a Valladolid, su ciudad natal, para visitar a su padre que estaba enfermo. Sin embargo, no será hasta 1966 cuando comience a pasarlos veranos en España. El poeta castellano elige para estas temporadas de ocio las costas de Málaga, donde encuentra la serenidad y la luz de su deseado mar Mediterráneo. Con la apertura democrática decidió instalarse definitivamente en nuestra ciudad, y aquí cerrará su ciclo vital y poético en compañía de Irene, su segunda mujer.
Ya desde estos períodos estivales, muy pronto renovó afectos y entabló estrecha amistad con los escritores y artistas malagueños, abriendo después las puertas de su casa del Paseo Marítimo a todos ellos y también a los más jóvenes, para los que siempre tuvo un consejo, unas palabras de aliento, una sonrisa. Junto al “Matisse constante” de su terraza, gracias a esta generosidad de hombre afable y de viejo maestro, Guillén se integró en la vida cultural y social de aquella Málaga que, como el resto del país, despertaba de nuevo a la libertad. Colaboró con los impresores que seguían manteniendo la tradición tipográfica en la Imprenta “Dardo”, la antigua “Sur” de Prados y Altolaguirre, volvió a publicar en la revista “Litoral”, dirigida ahora por José María Amado, o escribió los poemas de “Final”, sección última de “Aire nuestro”, su obra poética completa.
Y en esta ocasión, Málaga le correspondió nombrándolo Hijo Adoptivo y Doctor Honoris Causa por su Universidad, además de otros homenajes y actos dedicados a su obra. Cumpliendo con sus deseos, desde febrero de 1984 reposa en el Cementerio Inglés de la ciudad, a los pies del Castillo de Gibralfaro y frente al mar que tanto amó.
La relación entre Málaga y Guillén fue, pues, entrañable y enriquecedora para ambos. Y lo fue siempre. Ahora que, con motivo de cumplirse 25 años de la concesión del Premio Cervantes al poeta, la Fundación Municipal de la Cultura del Ayuntamiento de Valladolid ha articulado una soberbia exposición que recorre su peripecia vital y se detiene en los grandes momentos y temas de su obra, la Diputación Provincial de Málaga, a través del Area de Cultura y del Centro Cultural de la Generación del 27, ha querido participar activamente en este proyecto. Una vez más, nos llena de honda satisfacción estar presentes allí donde lo esté el recuerdo amable de Jorge Guillén.
Juan Fraile Cantón.
Presidente de la Diputación Provincial de Málaga.
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Jorge Guillén es ya, lo fue en un principio, un poeta clásico, no sólo por la factura limpia de sus poemas, sino porque, como los poetas latinos, situó el ras de su existencia en el horizonte de los versos.
“Mi labor, mi ambición son en resumen:
identidad personal en conjunto
Coherente de obra: poesía.”
En sus últimos días en Málaga, a los que corresponden estas líneas, recordaba con frecuencia a su ciudad natal de Valladolid como parte sustantiva de su vida y de su obra: “Soy lo que fui bajo la luz primera”.
Esa luz de Valladolid la reconocía Guillén a veces en sus mañanas americanas, en Cambridge, junto a Harvard y Wellesley. Allí, donde escribe la mayor parte de su poesía, echa de menos, ante todo, su idioma: “Mucho me duele que no viva / Mi lenguaje a mi alrededor”. Pero lo vivido alienta los nombres del poeta:
Villa por villa en el mundo
Cuando los años felices
Brotaban de mis raíces:
Tú, Valladolid profundo.
A la vuelta de Jorge Guillén a España, Valladolid y Málaga le acogen y rodean de celebraciones. Por eso, es una gran satisfacción para mi que ambas ciudades hayan aunado sus esfuerzos para hacer posible este homenaje que el Círculo de Bellas Artes ha querido tributarle al poeta de la Generación del 27 que hace 25 años recibiera el I Premio Cervantes. Más allá de las efemérides, esta exposición de Jorge Guillén contribuirá a prolongar y esparcir las palabras de su vida.
Alcalde de Valladolid y Presidente de la Fundación Jorge Guillén
Web de la Fundación Jorge Guillén
| Frente al mar que tanto amó La Diputación Provincial de Málaga se siente legítimamente orgullosa de participar en esta magna exposición sobre Jorge Guillén. En cierto modo se trataba de una obligación que no debíamos eludir, pero desde esta institución la hemos asumido con sumo gusto ya que somos plenamente conscientes de la impagable deuda cultural que esta ciudad tiene con el poeta. Es sabido que, al igual que otros muchos intelectuales, la guerra civil obligó a Jorge Guillén a desterrarse, marchando primero a Francia y posteriormente a América, donde desarrolló su carrera profesional en numerosas universidades y colleges norteamericanos, así como de otros países del continente. A diferencia de otros exiliados, Guillén no salió de España hasta julio de 11938, pues, tras ser detenido en Pamplona nada más iniciarse la sublevación, consiguió su liberación y regresó a su cátedra en la Universidad de Sevilla. Pero el ambiente hostil y asfixiante en el que una personalidad librepensadora como la suya debía desenvolverse no le dejó otra salida que la del destierro. Volvería años después, en 1949, a Valladolid, su ciudad natal, para visitar a su padre que estaba enfermo. Sin embargo, no será hasta 1966 cuando comience a pasarlos veranos en España. El poeta castellano elige para estas temporadas de ocio las costas de Málaga, donde encuentra la serenidad y la luz de su deseado mar Mediterráneo. Con la apertura democrática decidió instalarse definitivamente en nuestra ciudad, y aquí cerrará su ciclo vital y poético en compañía de Irene, su segunda mujer. Ya desde estos períodos estivales, muy pronto renovó afectos y entabló estrecha amistad con los escritores y artistas malagueños, abriendo después las puertas de su casa del Paseo Marítimo a todos ellos y también a los más jóvenes, para los que siempre tuvo un consejo, unas palabras de aliento, una sonrisa. Junto al “Matisse constante” de su terraza, gracias a esta generosidad de hombre afable y de viejo maestro, Guillén se integró en la vida cultural y social de aquella Málaga que, como el resto del país, despertaba de nuevo a la libertad. Colaboró con los impresores que seguían manteniendo la tradición tipográfica en la Imprenta “Dardo”, la antigua “Sur” de Prados y Altolaguirre, volvió a publicar en la revista “Litoral”, dirigida ahora por José María Amado, o escribió los poemas de “Final”, sección última de “Aire nuestro”, su obra poética completa. Y en esta ocasión, Málaga le correspondió nombrándolo Hijo Adoptivo y Doctor Honoris Causa por su Universidad, además de otros homenajes y actos dedicados a su obra. Cumpliendo con sus deseos, desde febrero de 1984 reposa en el Cementerio Inglés de la ciudad, a los pies del Castillo de Gibralfaro y frente al mar que tanto amó. La relación entre Málaga y Guillén fue, pues, entrañable y enriquecedora para ambos. Y lo fue siempre. Ahora que, con motivo de cumplirse 25 años de la concesión del Premio Cervantes al poeta, la Fundación Municipal de la Cultura del Ayuntamiento de Valladolid ha articulado una soberbia exposición que recorre su peripecia vital y se detiene en los grandes momentos y temas de su obra, la Diputación Provincial de Málaga, a través del Area de Cultura y del Centro Cultural de la Generación del 27, ha querido participar activamente en este proyecto. Una vez más, nos llena de honda satisfacción estar presentes allí donde lo esté el recuerdo amable de Jorge Guillén. |
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