Presentación de la edición facsímil de la revista literaria "Silvestra"
25 de septiembre. 20:30 hs.

Centro Cultural Provincial MVA (C/ Ollerías, 34)
El Centro Cultural Generación del 27, la Fundación Unicaja y la Fundación Rafael Pérez Estrada han llevado a cabo conjuntamente una edición facsímil de Silvestra, revista literaria –casi en exclusiva de poesía, toda inédita– que crearon en Málaga Rafael Pérez Estrada y Javier La Beira.

La revista nació en la primavera de 1987 y llegó a publicar cinco números a través de cuatro entregas, ya que la última consistió en un número doble que vio la luz en otoño de 1988.
Con un estilo elegante, producto de combinar la tradición editora malagueña con innovaciones propias de la modernidad, Pérez Estrada y La Beira diseñaron y maquetaron todos los números, contando con la maestría del artista José F. Oyarzábal para la diagramación de la portada y de la de Ángel Caffarena para su cuidado tipográfico. Asimismo, junto a los textos literarios, cada entrega fue ilustrada por dibujos trazados para la ocasión por un artista: además de Oyarzábal y Pérez Estrada, participaron en este ámbito José Ignacio Díaz Pardo y Justo Navarro.
En cuanto a la nómina de escritores, destaca su amplitud, su variedad –tanto estilística como generacional– y su indiscutible calidad. Así, convivieron en las páginas de Silvestra poetas ya consagrados, como fueron los casos de Jaime Siles, Antonio Colinas, Vicente Núñez, Pablo García Baena, Pere Gimferrer, Elena Martín Vivaldi, Antonio Carvajal, Bei Dao, Adonis y Octavio paz, entre otros muchos, con poetas que estaban en camino de serlo y jóvenes que hoy lo son.
Si bien se trató de una revista con vocación abierta y cosmopolita, dio cabida a un buen número de autores malagueños: desde los más jóvenes Rafael Inglada, Álvaro García, José Antonio Mesa Toré, Rafael Rosado o Francisco Fortuny hasta firmas entonces maduras como las de Rafael Ballesteros, Francisco Ruiz Noguera, Juvenal Soto, José Infante, José Manuel Cabra de Luna…

Silvestra fue una publicación no venal, cuya tirada se limitó a 400 ejemplares por entrega. Su reedición facsimilar –bellamente diseñada por el propio José F. Oyarzábal– mantiene estos dos rasgos, permitiendo darla a conocer a aquellos que siempre estuvieron interesados en ella pero nunca tuvieron la ocasión de tenerla en sus manos y, sobre todo, disfrutar de su lectura.